domingo, 29 de septiembre de 2013

"Miquel Barceló...y Olé"






EL CAJÓN deSASTRE
OPINION.es







"...y Olé"






De todo bien y mal nacido en una de estas dos Españas es bien conocido el símil de nuestra geografía con una piel de toro extendida. No en vano el cartel de "Osborne" que encontramos en nuestras carreteras es considerado Patrimonio Nacional y Bien Turístico
Histórica y geográficamente estamos situados en una frontera, en un cruce de caminos de civilizaciones contrapuestas -lo que nos convierte en tan peculiares para Américo Castro-, con una herencia judeo-musulmán-cristiana que no es "moco de pavo". No olvidar además la influencia galaico-celta tan gaitera como la sidra, o la exepcionalidad vasco-neardenthal -según Jorge Oteiza.
Por aquí han pasado pueblos conquistadores del norte al sur, y del sur regresaron invocando un Alá y siete vírgenes para el paraíso, lo que nos obligó a crear un Santo Matamoros para reconquistarnos. Y del este nos llegó un Imperio por naturaleza de una Roma espejo del clasicismo helénico, y hacia el oeste exportamos las maneras y nos fuimos a hacer las Américas, para luego retornarnos con el rabo entre las piernas porque sólo lográbamos ser la escala de un oro que emigró a países más bajos.
Todo un vaivén de influjos que nos hizo ser como hoy somos, o sea el rosario de nuestra aurora.

















Así, en este patrio suelo dicen que podemos encontrar huellas de la sensualidad árabe en las miradas azabaches de cualquier andaluza, la rafia conquistadora quijotesca y lazarillera de cualquiera de los Cantares de Gesta en la aristocracia y burguesía contemporáneas, el mito de la usura judáica o el "Síndrome polaco" a la vera del NE mediterráneo, y una obstinada afición por el levantamiento de granito autodeterminista entre los niños como hombres y los hombres como niños con chapela. 
Pero el ruedo ibérico esconde tradiciones aún más extrañas, que por su asiduidad no merecen nuestra indiferencia. Hay quien se empeña en tirar cabras desde el campanario de la iglesia como antropológica costumbre y medio de diversión, los hay que gustan de lastimarse los tímpanos a base de tracas y la retina con fuegos de Ninots, otros hasta antesdeayer indultaban al preso que fuera capaz de sobrevivir a una lluvia de piedras en honor del Santo Patrón, aunque gracias a Dios ahora el único residuo rojo sea el de la "tomatina".
Otros ritos místicos han decaído como el quemar iglesias, pero al clero aun le queda el consuelo de que no haya cuatro casas en esta tierra que no posea la suya propia, o ningún pueblo sin su ermita a la que peregrinar regularmente, descalzo, de rodillas, con garbanzos en los zapatos, ebrios, o simplemente todos en fila india y detrás de un palo para invocar el perdón de nuestros pecados o una lluvia cíclicamente recelosa.

Aún más, para resistir a las abúlicas semanas laborales hacemos nuestros los foros y circos de importación. Dar patadas en calzoncillos en la LFP, Copa de Rey, segunda y tercera división, regional, juvenil, infantil, o "casados contra solteros" es un rito tan sagrado como el "Bellocinio de Oro". Y si el mono por la evasión nos perdura contamos con el baloncesto transmutado en basket gassoliano, el tenis nadalenco, o la subida al Naranço de Contador pedalada a pedalada a pleno verano meridional en maillots, que por estos lares antes llamábamos calzones. O más, porque además contamos con los lorenzos, pedrosas y márquez de turno, y al hidalgo sin escudero de Alonso luchando para presumir de conquistadores de circuitos como ruedas de molinos imaginarios.
Pero si continuamos estresados siempre podemos ser partícipes y cruzar a caballo nuestro propio Rubicón, y adorar entre delirios el rocío de una Virgen, o bailar como peonzas en un Abril sevillano entre patas negras y finos finos, o parodiar nuestra propias miserias ocultos tras las máscaras antes de Cuaresma, o expurgarnos bajo los costales icónicos de una fe renacida durante sólo una semana al año, pero muy santa y muy trágica.
También hay quien prefiere encerrarse en su círculo agudo de dulzainas sardaneras, o construir efímeros castillos humanos para que el aire azote veletas infantiles, o que una maja chulapera le haga girar a uno mismo sobre la baldosa, o con zancos bajar una cuesta empedrada para demostrar que aun somos tan libres como para decidir por nosotros mismos si queremos rompernos la crisma o no, o quienes prefieren recordar con pólvora a los moros que el Estrecho está ahí para separarnos a nosotros los buenos cristianos de aquellos sin fe.




Hierro "Juan Arnal"
Diseño de
enriqueponce.
Hierro "Juan Arnal"
Diseño de
enriqueponce.


En fin, que hay dónde elegir. Y aun así de entre todas ellas tan sólo una alcanza la categoría de arte. Tal vez porque reúna en sí misma lo mejor y peor de cada una de las otras, y además sea única, excepcional, suprema, y por todo eso vaya más allá.
El toreo es el foro excelso para encontrarse como masa a todo el pueblo. Además es el claustro de la beatería más dogmática, y un espectáculo de rito y lleno de ellos. Es lidia musical y danza de la muerte, que disfrazada con traje de luces se hace pasarela descarnada del peligro, y cruel escenificación del miedo, pasión por la vida e incertidumbre frente al riesgo. Es el triunfo o el fracaso conceptualizados en propia jerga.








Desde las 6 de la tarde y con 6 animales 6, sobre un óvalo de arena clasista, entre tendidos de sol y sombra, barrera o gallinero sin más, se dan cita entre suculentos bocadillos de chorizo o tortilla española o de patatas, mojados con amargo Rioja o Cariñena salidos de una bota, las señoras con peinetas y mantillas coloniales y lo caballeros chupando habanos o farias malolientes; mientras al presidente, a la maja y a la banda de música les corresponden poner orden, color y tono a la escena.
En el albero mientras tanto suceden el paseíllo y los tres tercios, entre verónicas, sangre y cascabeles; una lucida representación de una cuadrilla enfrentada a la muerte, en vivo y a todo calor. Y un solo hombre luciendo paquete, montera, capote, espada y coleta, juzgado por su destino, únicamente ve la salida del ruedo abriendo una de las dos puertas grandes: a hombros y sonriente, o su alternativa más ingrata, a hombros igualmente pero con las piernas por delante camino de su muerte.

Y todo ello se condensa simplemente en una palabra, oooolé!.


Autógrafo del torero Enrique Ponce para enriqueponce.
Fotografía: Alegría Lacoma.





ARTEsana

Miquel Barceló
Felanich, Mallorca. 1957

Fotografía bajada de la red.


Imágenes del "Toro de OSBORNE" bajadas de la red.
Obra pictórica de Miquel Barceló.
Fotografía autografiada por E.P. de Alegría Lacoma.
Texto y diseños "Hierro de Juan Arnal" de enriqueponce.








4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ...qué¡ sorpresa¡¡¡...
      pensaba que esta entrada sólo la "entenderían" en España.
      gracias¡¡¡

      Eliminar
  2. Una entrada genial, no exenta de polémica, ya sabes, somos así, nos gusta el barro, sea en forma de toros, futbol, política, pero sobre todo ¡¡¡¡Viva Barceló!!!!, jajajajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. tu siempre tan atento, gracias.
      ...bueno...por mi nombre debía una página a mi tocayo, y era la mejor excusa para mostrar esta obra de M.Barceló que es "redonda".

      Eliminar