miércoles, 23 de abril de 2014

"El enredo... y el olvido"






UN bAZAR DE OBRAS
palabros







"El enredo...









...y el olvido"



¿Qué es lo que he olvidado?.
He olvidado cosas, gentes, lugares, un rastro de tiempo. Seguramente.
Olvido lecturas, olvido gente, cosas, casos, Tiempo, acontecimientos, lugares. Olvido el pasado, cosas, vida, gente. Asunto grave el olvido.
He olvidado la primera vez, las primeras veces, he perdido una noche. He desmemoriado la voz de mi padre, los sueños de noche y he renunciado a los de día. He postergado los sentimientos que duelen, cómo duele el dolor, cómo sienta el desamor. Ya no recuerdo muchos pensamientos, por qué me dejaste aquella vez, el futuro que anhelé.
He descuidado un tramo sin resolver.

¿Cómo lo he olvidado?. Por incuria ahogada en mi pasado, por inadvertencia diluida en el tiempo. Porque sucesivamente lo acontecido declina en lo no existido.
En parte alguna queda la memoria, para desprevenidamente aparecer rememorando como si aún algo de aquello fuese posible. Corría el tiempo veleidoso cuando se me olvidó cualquier cosa, y no lo pude detener.

¿Dónde queda lo olvidado?. En algún lugar que es nunca, aunque siempre se puede invocar pero a expensas de su indiferencia. Y busco y busco y no lo puedo encontrar o me topo con nada que quiera evocar, algo olvidado, a veces la nostalgia. Cuando creí llegar a un lugar no era ninguna parte, allí no se podía estar. Tenía aspecto de recuerdo, pero era necesariamente otra cosa, seguramente otra realidad.

¿Por qué lo he olvidado?. Porque quise anotarlo en un papel, porque sí, porque es absurdo convocar la rutina, lo mediocre, por miedo, porque sí. Por descuido, por inadvertencia, negligencia, a veces porque quiero, y otras porque debo. A veces quiero pero no puedo, otras lo intento y me resulta felón, hay ocasiones que sin querer me sorprende, e incluso hay sentimientos que tropiezan en mi voluntad.

¿Quién me provoca lo olvidado?. Mi negligencia nunca tuvo nada que ver, mi memoria jamás me prometió. Otras fuiste tú, o una mujer que me exhortó a continuar, o nadie, alguien. Quien quiera que sea ofrece y veta, por separado o a la vez, enmascara y omite. Creo que tiene cuerpo, uno con su propia memoria, uno con huellas, trazos y marcas en la piel, hechos a cada movimiento.

¿Cuándo lo olvidé?. Ayer, ahora mismo.
Continuamente.
Y si rememoro también corre lo convocado en pos del presente. Viene de ningún lugar para ir a la memoria de lo recordado. Mañana indudablemente que reincidiré, y pasado probablemente también, o seguro que también.
Huyo en busca de un futuro olvidado, es así, y me trae cualquier cosa.


















Entre enredos y el olvido, 2014.





Fotografías y texto "Olvido", extraído de "Memoria" 199?-200?, de enriqueponce.




viernes, 18 de abril de 2014

"Alain Laboile"






BLOg DE NOTAS




Alain Laboile
Bordeaux, Francia



Foto de perfil G+





"No ha sido nunca ni será, porque es." *











          "La materia es irreal: es una mera y hueca pasividad que recibe las formas universales como las recibiría un espejo; éste las agitan y las pueblan sin alterarla. Su plenitud es precisamente la de un espejo, que simula estar lleno y está vacío; es un fantasma que ni siquiera desaparece, porque no tiene ni la capacidad de cesar." **













*  *  *





         Si el tiempo es un proceso mental, ¿cómo lo pueden compartir miles de hombres, o aun dos hombres distintos?




          Ninguna de las varias eternidades que planearon los hombres es una agregación mecánica del pasado, del presenta y del porvenir. Es una cosa más sencilla y más mágica: es la simultaneidad de esos tiempos.




         "Arderé, pero ello no es otra cosa que un hecho. Ya seguiremos discutiendo en la eternidad." ***










Fotografías de Alain Laboile (G+ y Facebook).
Textos y citas, extraídos de "Historia de la eternidad", de Jorge Luis Borges.
*Parménides
**Tercer libro de las Enéadas.
***Miguel Servet ante los jueces que le habían condenado a la hoguera.




lunes, 14 de abril de 2014

"Un día cualquiera..."






UN bAZAR DE OBRAS
palabros







"Un día cualquiera..."



"...viendo viento."



- el viento no se ve.
- pues a mí se me ha metido en el ojo.
- qué raro, yo diría que no fue él.
- ¡mira mira, mira cómo despeina los cerezos...
- será un accidente.
-. ..y cómo vuela la tierra!.
- acaso persigue algo que dejó correr.
- pareciera que las nubes llegan tarde a otro lugar.
- habrán perdido el tren.
- qué pena que no le puedas ver.
- igual es que no es.
- pues yo le puedo oír también.
- será que sólo te roza a ti.
- óyelo¡ bravo, óyelo bisbear. ahora cesa.
- déjalo correr.
- eso mismo te dije yo hace ya un antes. pero ve tras él.
- y si no lo hago, qué me puede pasar?.
-  que con él se vaya el aire también.
- pero... el aire qué? cosa es.
- es aquello que nos une, a ti y a mí.
- la amistad?.
- también.
- cada vez entiendo menos.
- no hay nada que entender. las cosas son como son.
- y si no no son cosas.
- eso.
- pero el día despertó ventoso y a mí se me ha llenado el pecho de silencios.
- y es eso malo?.
- mas bien es raro. como si ya no fuera ayer.
- yo también fui otro una vez.
- y qué? pasó?.
- no sé. y bien que lo pregunté.
- a quién?.
- a todo el que tenía un poco de poder.
- y eso qué? es.
- tampoco lo sé bien, pero algo como la noche.
- quieres decir negro.
- y grande.
- da un poco de miedo.
- a mí me trae un escalofrío como cuando hay demasiada paz.
- o como cuando la soledad estorba tu sitio.
- o eso.
- pues yo cuando incomoda el ruido me voy a pasear.
- y no te molesta el viento?.
- y eso qué? es.
















Un día cualquiera viendo viento, 2014.





Fotografías y texto "Viendo viento", extraído de "AH" de 199?-20??, de enriqueponce.




lunes, 7 de abril de 2014

"Graciela Iturbide"






LOS CAZADORES deMENTES




Graciela Iturbide
México, 1942





Fotografía bajada de la red.








"Y se volvió a hundir entre la sepultura de sus sábanas."












          -No lo sé, Juan Preciado. Hacía tantos años que no alzaba la cara, que me olvidé del cielo. Y aunque lo hubiera hecho, ¿qué habría ganado? El cielo está tan alto, y mis ojos tan sin mirada, que vivía contenta con saber dónde quedaba la tierra. Además, le perdí todo mi interés desde que el padre Rentería me aseguró que jamás conocería la gloria. Que ni siquiera de lejos la vería... Fue cosa de mis pecados; pero él no debería habérmelo dicho. Ya de por sí la vida se lleva con trabajos. Lo único que le hace a una mover los pies es la esperanza de que al morir la lleven a una de un lugar a otro; pero cuando a una le cierran una puerta y la que queda abierta es nomás la del infierno, más vale no haber nacido... El cielo para mí, Juan Preciado, está aquí donde estoy ahora.


           -¿Y tu alma? ¿Dónde crees que haya ido?
          -Debe andar vagando por la tierra como tantas otras; buscando vivos que recen por ella. Tal vez me odie por el mal trato que le di; pero eso ya no me preocupa. He descansado del vicio de sus remordimientos. Me amargaba hasta lo poco que comía, y me hacía insoportables las noches llenándomelas de pensamientos intranquilos con figuras de condenados y cosas de esas. Cuando me senté a morir, ella me rogó que me levantara y que siguiera arrastrando la vida, como si esperara todavía algún milagro que me limpiara de culpas. Ni siquiera hice el intento: <<Aquí se acaba el camino -le dije-. Ya no me quedan fuerzas para más>> Y abrí la boca para que se fuera. Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón.














          -Dice que ella escondía sus pies entre las piernas de él. Sus pies helados como piedras frías y que allí se calentaban como en un horno donde se dora el pan. Dice que él le mordía los pies diciéndole que eran como pan dorado en el horno. Que dormía acurrucada, metiéndose dentro de él, perdida en la nada al sentir que se quebraba su carne, que se abría como un surco abierto por un clavo ardoroso, luego tibio, luego dulce, dando golpes duros contra su carne blanda, sumiéndose, sumiéndose más, hasta el gemido. Pero que le había dolido más su muerte. Eso dice.






           -Me haré la idea que te soñé -dijo- . Porque la verdad es que te conozco de vista desde hace mucho tiempo, pero me gusta más cuando te sueño. Entonces hago de ti lo que quiero. No como ahora que, como tú ves, no hemos podido hacer nada.








Fotografías de Graciela Iturbide.
Textos y cita, extraídos de "Pedro Páramo y El llano en llamas", de Juan Rulfo.