martes, 25 de junio de 2019

"Cuerpos extraños"






UN bAZAR DE OBRAS




"Cuerpos extraños"











          Entre las pocas experiencias que he realizado en el camino hacia mi verdadera meta vital se cuenta la contemplación de esas imágenes. La entrega a las formas irracionales, barrocas y extravagantes de la naturaleza produce en nosotros un sentimiento de concordancia entre nuestro interior y la voluntad que las ha producido. Nos sentimos tentados a creerlas caprichos nuestros, creaciones propias; vemos vacilar y disolverse la frontera entre nosotros y la naturaleza, y adquirimos conciencia de un estado de ánimo en el que no sabemos si las imágenes en nuestra retina provienen de impresiones exteriores o interiores. En ningún otro momento descubrimos con tanta facilidad la medida en que somos creadores, en que nuestra alma participa constantemente en la recreación de la vida. Una misma divinidad indivisible actúa en nosotros y en la naturaleza; y si el mundo exterior desapareciera, cualquiera de nosotros seria capaz de reconstruirlo, porque los montes y los ríos, los árboles y las hojas, las raíces y las flores, todo lo creado en la naturaleza, está ya prefigurado en nosotros: proviene del alma, cuya esencia es eterna, y escapa a nuestro conocimiento, pero que se nos hace patente como fuerza amorosa y creadora.
          Algunos años después encontré confirmada esta observación en un libro de Leonardo da Vinci, en el que se comentaba lo sugestivo e interesante que era contemplar un muro en el que había escupido mucha gente. Delante de aquellas manchas sobre el muro húmedo, Leonardo había sentido lo mismo que Pistorius y yo delante del fuego.
          En nuestro siguiente encuentro, el organista me dio una explicación.
          —Acostumbramos a trazar límites demasiado estrechos a nuestra personalidad. Consideramos que solamente pertenece a nuestra persona lo que reconocemos como individual y diferenciador. Pero cada uno de nosotros está constituido por la totalidad del mundo; y así como llevamos en nuestro cuerpo la trayectoria de la evolución hasta el pez y aun más allá, así llevamos en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas. Todos los dioses y demonios que han existido, ya sea entre los griegos, chinos o cafres, existen en nosotros como posibilidades, deseos y soluciones. Si el género humano se extinguiera con la sola excepción de un niño medianamente inteligente, sin ninguna educación, este niño volvería a descubrir el curso de todas las cosas y sabría producir de nuevo dioses, demonios, y paraísos, prohibiciones, mandamientos y Viejos y Nuevos Testamentos.
          —Bien —objeté yo—, ¿dónde queda entonces el valor del individuo? ¿Para qué nos esforzamos si ya llevamos todo acabado en nosotros mismos?
          ¡Alto! —exclamó violentamente Pistorius—. Hay una gran diferencia entre llevar el mundo en sí mismo y saberlo. Un loco puede tener ideas que recuerden a Platón, y un pequeño y devoto colegial del Instituto de Herrnhut puede recrear las profundas conexiones mitológicas que aparecen en los gnósticos o en Zoroastro. ¡Pero él no lo sabe! Mientras no lo sepa es como un árbol o una piedra; en el mejor de los casos, como un animal. En el momento en que tenga la primera chispa de conciencia, se convertirá en un hombre. ¿No irá usted a creer que todos esos bípedos que andan por la calle son hombres sólo porque anden derechos y lleven a sus crías nueve meses dentro de sí? Muchos de ellos son peces u ovejas, gusanos o ángeles; otros son hormigas, y otros abejas. En cada uno existen las posibilidades de ser hombre; pero sólo cuando las vislumbra, cuando aprende a hacerlas conscientes, por lo menos en parte, estas posibilidades le pertenecen.”









Fotografías de enriqueponce dosmi18.







Texto, extraído de "Demian", de Hermann Hesse.



sábado, 15 de junio de 2019

"tal cual"






UN bAZAR DE OBRAS






"Me gusta mi tiempo a solas" 






"tal cual"
























Cita extraída de la película "¿Podrás perdonarme algún día?", de Marielle Heller.




Fotografías de  enriqueponce dosmi19.







miércoles, 5 de junio de 2019

"bajar el dedo en el momento justo"






LA C(r)ÓNICA LUZ







"bajar el dedo en el momento justo"




           Si fuese un animal, sería liebre; está siempre a punto de dar un salto y desaparecer. No huyendo. Tampoco de broma. Sino por gusto, sin darle importancia. En lugar de oídos por los que enterarse de las noticias, tiene ojos, unos ojos divertidos.
          Lo único que me interesa de la fotografía, dice, es apuntar, apuntar a alguien.
          ¿Como un tirador?
          ¿Conoce el tratado zen de tiro con arco? Georges Braque me lo regaló en 1943.
          No, creo que no le conozco.
          Es un estado del ser, una cuestión de apertura, de olvidarse de uno mismo.
          ¿No apunta a ciegas?
          No, hay una geometría. Basta con que cambie uno su posición un milímetro para que también cambie la geometría.
          ¿Lo que usted llama geometría tiene algo que ver con la estética?
          No, en absoluto. Es lo que los matemáticos y los físicos denominan elegancia cuando debaten sobre una teoría. Si un planteamiento es elegante, puede que esté más cerca de aproximarse a la verdad.
          ¿Y la geometría?
          La geometría entra también debido a la Sección Áurea. Pero los cálculos son inútiles. Como decía Cézanne: "Cuando empiezo a pensar, se pierde todo". Lo que cuenta en una foto es su plenitud y su sencillez.
          Advierto que hay una pequeña cámara sobre la mesa, al alcance de su mano.
          Dejé la fotografía hace veinte años, dice, para volver a la pintura y sobre todo al dibujo. Sin embargo, la gente me sigue haciendo preguntas relacionadas con la fotografía. Hace poco me premiaron por mi "trayectoria creativa como fotógrafo". Les dije que no creía en esa trayectoria. La fotografía no es más que apretar un disparador, bajar el dedo en el momento justo.
          Imita el gesto cómicamente delante de su nariz. Y, todavía riéndome, recuerdo la tradición zen de enseñar con bromas, de evitar las explicaciones pesadas.
     



Texto extraído de "Para entender la fotografía", de John Berger; diálogo entre Henri Cartier-Bresson y el autor.
GIFs: Kirsten Dunst en la película “Elisabethtown” de Cameron Crowe.