desCONCIERTO EN Mi memoria
. Sobre Espacio Figurado (I)
Una imagen no vale mil palabras, es otra cosa. Es necesaria la palabra para analizar las imágenes, solamente argumentando se pueden entender éstas. El texto revela las cualidades intelectuales y emocionales que no se ven en las superficies. De este modo llega la conciencia por parte del autor del carácter objetual de la obra, y esto hace que concentre la mayor parte de su significación en ello.
Dada la condición artificial de la representación, la obra deviene únicamente en ilusión de una presencia, a la par que en enigma de su huída. Esa misma falsa condición es la que genera un espacio ficticio de posesión. Un espacio que es el ámbito de todas las posibilidades, un lugar de creación y configuración, el umbral en el que surge algo nuevo. Debemos reconocerlo como el sitio de lo posible. Y aún así ninguna figura agota el espacio. Todas son provisionales formas de aquel infinito posible, estrategias de la revelación y la presencia, maneras de habitar.
El espacio, lugar ilimitado, inagotable, está dominado por el silencio y el enigma. El vacío es el silencio absoluto, una mácula sobre él será el grito que le dará sentido a este silencio. Pero nadie sabe a ciencia cierta si es la forma la que ocupa el espacio o es éste el que deviene forma. De hecho de él pueden surgir infinidad de formas, y tras ellas duerme el infinito.
Pero el espacio y el tiempo únicamente cuentan con existencia si están relacionados con los seres sensitivos. De hecho no son más que metáforas del conocimiento con las que interpretamos las cosas, pues la vida consiste solamente en lo que un hombre piensa todo el tiempo.
El tiempo no es otra cosa que el derramarse lo eterno. Por eso tiempos diferentes son sólo partes de un mismo tiempo, todos vivimos el mismo momento a horas diferentes. Los otros tiempos que se fueron han dejado rastros en la memoria, y por lo tanto siguen existiendo aunque de manera indeleble. A veces esa huella queda únicamente como fotografía, que es también memoria. Es ella además una forma de representar el aspecto exterior de las cosas o personas, con verosimilitud y probabilidad. Es una cosa que parece pero que no es. Pero en el recorrido que va desde el referente a lo referido es donde se extravía, y es en ese espacio donde se hace cargo de la pesada tarea de la memoria.
Así mismo la fotografía ha colonizado el espacio con una forma, el tiempo devenido forma. Su misión es enclaustrar al pretérito en un espacio vacío, uno anhelado en un tiempo presente inexistente. Ahora gracias a ella el espacio es tiempo, y este objeto nacido es un lugar donde todo sucede. Por eso las imágenes fotográficas son siempre un territorio figurativo. Cuando inadvertidamente construye cualquier otra cosa es tan sólo una ilusión que no evoca la representación paradigmática, pues invariablemente es particular lo que muestra. No existe pues ni cabe el abstracto en su campo, solamente tolera al pensamiento simulado.
Aún así cuando elabora aquello que no tiene permitido no pretende entonces mostrar nada nuevo, sino ofrecer algo mucho más importante: la conciencia, la sabiduría. No busca en tal caso la semejanza, sino la racionalidad. La poética de la síntesis de lo complejo en su profunda simplificación ofrece la tensión entre la nada y la presencia de un mínimo trazo, o trozo, de materialidad. Es un medio sutil, pero potente, de afirmar la racionalidad de sus argumentos. Es otra manera de hablarle al intelecto, eludiendo toda contaminación sensualista, para ir más allá de la pura percepción de las formas.
Liberada la obra fotográfica de toda función relacional, representativa o metafórica, ésta es pues autorreferencial. No apela ni evoca nada que no sea ella misma. Para ello ha de nacer sobre un vacío que trata a la par de ocupar, aunque su creación consista más en dar énfasis funcional al hueco que en llenarlo. Así surgen formas perceptibles de manera global e instantáneas, formas fetiches que se dirigen directamente a la mente del observador. Es entonces un proceso reduccionista que se relata sólo a sí mismo, que con tan sólo referencias sensibles, alusiones e ilusiones se transforma en una construcción carente de los elementos que la gente espera ver. Aunque la aparente falta de contenido empuja al espectador, a través del acto perceptivo y su experiencia, a la búsqueda y edificación de un sentido. De hecho la obra siempre se encuentra incompleta sin el público, depende de él, está a su espera para poder existir. En él siempre está la última palabra.
Fotografías y texto de enriqueponce.
Fotografías y díptico de la exposición "Espacio Figurado"
presentada en la Sala Cava del Centre Cívic Can Basté (Barcelona)
entre el 18 de Septiembre y el 21 de Octubre de 2000.
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