domingo, 11 de agosto de 2013

"Joan Colom"





LOS CAZADORES deMENTES






Joan Colom i Altamir
Barcelona, 1921



Autorretrato.

















"Hipolitinas"







          El sexo. El gran problema nacional. La impureza, la fornicación, la liviandad, el vicio más repugnante contra el que no se cansan de clamar los púlpitos, el que es objeto de más extensas indagaciones en los interrogatorios del confesionario. El sexto es el mandamiento de la ley de Dios más conculcado por los españoles y, por lo tanto, aquel en el que los directores espirituales y curas de alma se ven obligados a hacer especial hincapié, venciendo la natural repugnancia que les produce desde su virtuoso celibato. 








































          España es una caldera de testosterona a presión que estalla a veces por donde menos se espera. Por ejemplo, en la malagueña parroquia  de Santiago, el cura párroco, don Hipólito Lucena Morales, tiene fundada una orden femenina secreta, las Hipolitinas, cuyas profesas, todas escogidas entre lo más granado de la buena sociedad malagueña, ofrendan su virginidad a Cristo en la propia persona de don Hipólito, el cual recibe a la profesa en una íntima ceremonia, un lecho en la penumbra de una caldeada estancia de la iglesia de la Merced, cerrada desde que los anarquistas la incendiaron en 1931, un propicio santuario para el misterio tan sólo iluminado por una débil bujía, el aire perfumado de incienso y alhucema. Tras compartir con la aspirante un cáliz de vino dulce, don Hipólito despoja a la virgen novicia del camisón, la tiende con solemnidad sacramental sobre el mullido himeneo y la penetra lentamente mientras murmura a su oído, con voz cálida y sugerente, incomprensibles latines. La postulante a hipolitina, traspasada como santa Teresa por el dardo de oro del ángel, se siente tan elevada y realizada que en adelante sólo vivirá para revalidar la unión con el divino Esposo cuando don Hipólito la avise de que el Señor se ha servido comunicarle su deseo de visitarla nuevamente para renovar los votos. Es de observar que con las más feíllas los renueva menos frecuentemente ya que, como dice el Evangelio: <<El Espíritu sopla donde quiere y como quiere>> (Juan 3, 8). De esas uniones nacen algunos hijos de Dios (nunca mejor dicho ni con más literalidad).
















Fotografías de Joan Colom.
Texto extraído de "De la alpargata al seiscientos" de Juan Eslava Galán.





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