domingo, 4 de agosto de 2013

"Cielos"





desCONCIERTO EN Mi memoria









CIELOS !!!





          El cielo es un lugar. En él caben todos los espacios y tiempos, habidos y posibles. El cielo es un lugar intemporal e indefinido. Inabarcable e inacabable. Es el horizonte quien lo hace finito, y es éste quien lo es. Es el horizonte el marco de lo infinito. Es la fotografía un lugar. Es ella un espacio a tomar, una relación entre el espacio referenciado y el referencial, un resto, un residuo. La fotografía como corte es el resultado definitivo de la fragmentación, es finita. Es el marco de lo infinito.

          Las fotografías de cielo son un lugar. Ellas por sí misma se parecen cada vez más a fotografías, sólo a ellas mismas. La representación del infinito establece una correspondencia espacial flotante entre el espacio topológico y el fotográfico. Y es el espacio creado un lugar no determinado, móvil e independiente del mundo, que además carece de sentido a la par que los tiene todos. El resultado es un lugar ingrávido donde el desorden es completo y además se pueden contemplar en todas las posiciones. Por sí mismas, las imágenes de cielos, son autorretratos de la fotografía.





          Encuadrar es fragmentar, componer con un fragmento del infinito. Se establece así la frontera del fuera de campo, se plega así a un horizonte que se retuerce en sí mismo en cuatro. Pero lo que no enseña una fotografía es tan importante como lo que muestra. Lo que sucede es que éstas tienen un fin. Entonces nada ha de ser necesariamente lo que parece, entonces aparecen imágenes que te dicen que hay un cielo que no existe.




          La huella es la transferencia de una presencia. Son las nubes huellas metereológicas, efectos visibles de la reflexión de la luz. Tanto los puntos de vapor de éstas, como los cristales halugenuros de la película fotográfica, captan en la discontinuidad de sus granos las variaciones luminosas que los rodean. Entonces los estados se hacen latentes, los del tiempo y los del alma.




          El instante es lo único que existe, sólo es éste momento y ya ha pasado, ahora es otro, y ya ha vuelto a pasar. Tan rápido como se crean se destruyen, y se reproducen hasta el infinito. Es lo mismo y único que sabe hacer la fotografía con sí misma, inmovilizar instantes y reproducirlos repetida y excesivamente. Y en el cielo, donde todo es tan perpetuo, el hombre que ha sido capaz de producir y trazar nubes artificiales y temporales con sus máquinas, también ha sabido eternizarlas.





          Una fotografía es sólo una huella encuadrada de un instante, un acotamiento de un momento. Lo que podamos poner dentro de ella da igual, pues siempre será lo mismo. Si tiene sentido es porque el mundo lo tiene, si no, porque él tampoco lo posee. Por ello las fotografías como codificación de las apariencias son simplemente una forma de ver.





Las
    foto
    graf
      ías:









La
inst
 alac
   ión:

En una sala blanca y de una altura mínima de 5 mts.
El tamaño de cada imagen es de 80x100 cmts., y el de la instalación 6x8 mts. aproximadamente.
El conjunto flotará de forma paralela al techo, estando cada imagen sujeta con cables de acero.
La iluminación será contrapicada al techo.
La distribución será como queda reflejada en la visualización siguiente:








Los
  auto
     res:


! Luis A. Paracuellos
Zaragoza, 1970
! Álvaro Sampedro
Zaragoza, 1966
! enriqueponce.
LPGC, 1963









Fotografías de los autores citados.
Texto de enriqueponce.
Diseño de Luis A. Paracuellos y enriqueponce.

Imágenes extraídas de Dossier "Cielos!!!" realizado a finales de la década de 2000.





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