_marina_morón
Jesús Marina Barba
Elena Morón Serna
Fotografía bajada de la red. |
En el instante que el fotógrafo inspira el mundo, se deja aspirar por el mismo.
Su fotografía es el resultado de ese doble movimiento.
Mucho más que un <<ha sido>> del objeto,
la fotografía es el testimonio de un <<esto ha sido vivido>> por el fotógrafo.
Su realidad no es la de los objetos de la imagen, ni mucho menos la de una mirada.
Es la de una continuidad del ser y del mundo, de su corte y de su reconexión permanente.
LUZ Y TRANSFIGURACIÓN
Estos dos conjuntos de resonancias imaginarias -correspondientes al corte y la conexión- se unen en torno a la luz para hacer de la fotografía el lugar privilegiado de una transfiguración. La luz está en el primer plano en toda fotografía. A menudo, lo que suscita el deseo de fotografiar es el impacto emocional provocado por una determinada calidad de luz. Para muchos fotógrafos, la luz es el objetivo principal de la fotografía. Ahora bien, el poder de la luz tiene de inmediato una resonancia imaginaria con la omnipotencia divina. ¡Es imposible pensar en la luz sin pensar en Dios! ¡Pero el hombre sabe de sobra que no es Dios! No es <<luz del mundo>> como Dios. Pero a falta de poder crear la luz, mediante la fotografía descubre la posibilidad de manipular las ilusiones de la luz.
Esta forma que la fotografía tiene de nacer de la luz evoca las metáforas de la luz divina. Mediante la luz se produce la unión entre cielo y tierra. Y el fotógrafo que sabe canalizar los poderes de la luz mantiene una relación privilegiada con el imaginario de la <<revelación>>... Así como la palabra <<revelado>> [développement] mantiene unos vínculos privilegiados con las operaciones de simbolización que se llevan a cabo en torno al la fotografía, así también la palabra <<revelador>> [révélateur] mantiene unos vínculos privilegiados con el imaginario de la <<revelación>> [révélation]. ¡Es cierto que revelar una imagen del mundo no equivale a revelar el mundo mismo! Pero lo característico del imaginario fotográfico es confundir ambas acciones. Además, aunque la imagen no revele el mundo mismo, sí que al menos se lo revela al fotógrafo... Aunque la foto no haga visible lo invisible, sí que obliga a ver lo que habitualmente no se ve.
Entre todas las artes profanas, la fotografía es, por su relación con la luz y con la transfiguración, aquella cuyo imaginario se considera más próximo al de un arte sacro, si bien, por otra parte, intervienen en la aprehensión simbólica del mundo. Levanta un decorado que traslada fuera del tiempo y del espacio tanto a quien fotografía como a lo que es fotografiado. Su práctica es una forma de rito de celebración de la belleza del mundo (se podría decir una forma de <ofrenda>> si esta palabra no evocase de inmediato la creencia en una divinidad). El fotógrafo no es solamente la persona que se esconde detrás de su cámara, en el gesto de colocarla ante su rostro en el momento de la toma fotográfica. Es también la persona que se inclina ante los misterios del mundo, asociándose de forma imaginaria a los grandes momentos de su transformación.
www.marinamoron.com
Fotografías de _marina_moron
Texto, extracto de "Los imaginarios de la fotografía"
incluido en "El misterio de la cámara lúcida",
de Serge Tisseron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario