sábado, 7 de marzo de 2015

"Nubla cencellada"






CronoCromos
palabros





"Nubla cencellada"







(Dijo señalando aquella:)
-Póngame un cuarto de esta felicidad.
-Lo siento, no se sirve por partes.
-¿Pq?.
-Es importada, es especial; perteneció a un señor cualquiera.
-Empero tiene buen color.
-Y de sabor: inmejorable¡.
-Y ¿de esta otra, podría vd. pesarme un montón?.
- Por supuesto, aunque tendrá que llevársela vos mismo a casa; nuestro patrón no nos permite tocarla por si nos contagiare o contagiase.
-Pues entonces no me apetece, no la deseo. Busco algo usado, ajado por las caricias, con garantías de costumbre y efectividad.
-De eso no tenemos, pero puedo servirle unas mollejas de alguien que llegó al fin sin ninguna queja.
-Y eso ¿de qué me sirve?.
-De nada, pero menos da un pan de ayer.
-Sí, claro, eso sí, aunque yo busco felicidad con origen y denominación.
-Si no queda satisfecho siempre puede continuar hasta el almacén siguiente.
-Ya, incluso a contra-reembolso la consigo a veces, pero no es lo mismo que antes catarla, pues luego háylas ocasiones en que no se ajusta la gana.
-Y ¿por qué no pide a algún ingeniero de esos que le proyecte una a su medida?.
-¿Conoce vd. alguno de confianza?.
-No.
-Claro, lo mismo me pasa a mi, no me fío de nadie.
-Tal vez si se lleva un poco de ésta y la sazona con una pizca de alguna pena tal vez entonces tal vez nadie se dé cuenta.
-No sé, ya una vez se me quedó un regusto a prurito habano que más bien no me sé.
-Estadísticamente es un vd. un cliente entre muchos, pero le bajaré aquella alegría vieja de la estantería de los rechazados, más que nada para que la vea.
-No, no se preocupe, soy más bien de los resignados, así que póngame cualquier cosa debajo del brazo y marcharé callado.
-Faltaría más. Aún no he dejado a ningún compulsivo comprador insatisfecho.
-Le creo le creo, pero es que yo me soy muy mío y no me dejo querer así como así.
-Mire vd.: coja esta papilla de ilusión y restriéguesela en los párpados por dos horas y verá como poco a poco todo vuelve a la normalidad.
-No, si yo normal no deseo ser, lo que quiero es ser feliz.
-¡Oh, claro!, por eso el producto contiene estabilizantes y falacias como la E-233.
-Y ¿dice vd. que no provoca alergias?.
-Alto, ninguna ninguna nunca se puede decir, pero en el placer que da cuando da nostalgia no hay quien la supere.
-Pues mire, de ella ya poseo un montón y no quiero más, me conformo con que me permita olvidar.
-Eso le saldrá más caro, pues contiene extracto de especie en extinción.
-¡Haberlo dicho antes hombre!, póngame dos.
-Ha tenido suerte esta vez, está de oferta y por la compra del par regalamos un pase.
-¿Para qué?.
-Para nada, pero ¿no va a rechazar lo gratuito así como así, así sin razón, verdad?.
-No no, me lo llevaré, aunque ya no sé dónde poner tanto todo como tengo.
-Le puedo ofrecer cajones y bolsillos.
-¿Vacíos?.
-O llenos.
-Póngame tres.
-¿Se los envuelvo?.
-¿Pesan mucho?.
-La última vez que los vi no, nada.
-¿Le puedo pagar a plazos de abrazos?.
-Lo siento, esa tarjeta no cotiza.
-Vaya, pues me dejé las mentiras en mi hogar.
-Está bien, no se preocupe, váyase y no vuelva.
-Y ¿qué será de mi felicidad?.
-¡Y yo que me sé!. El siguiente por favor.
(Dijo haciendo un gesto con el dedo índice).





























Entre niebla y cencella, 2014.








Fotografía y cuento "felicidad", extraído de "Además", de enriqueponce.




2 comentarios: