domingo, 6 de julio de 2014

"Cielo líquido"






UN bAZAR DE OBRAS





"Cielo líquido"







I

          Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
          cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.


II

          Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
          No se engañe nadie, no,
pensar que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.


III

          Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir,
allí van los señoríos
desechos a se acabar
y consumir;
          allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
















V

          Este  mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
          Partimos cuando nacemos
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.


X

          Los estados y riqueza,
que nos dejen a deshora
¿quién lo duda?
no les pidamos firmeza,
pues son de una señora
que se muda.
          Que bienes son de Fortuna
que revuelven con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una 
ni estar estable ni queda
en una cosa.


XII

          Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
          No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.
















¡Oh, mundo! Pues
que nos matas..

I

          ¡Oh mundo! Pues que nos matas,
fuera la vida que diste
toda vida;
más según acá nos tratas,
lo mejor y menos triste
es la partida
          de tu vida, tan cubierta
de tristezas, y dolores
muy poblada;
de los bienes tan desierta,
de placeres y dulzores
despojada.


II

          Es tu comienzo lloroso,
tu salida siempre amarga
y nunca buena,
lo de en medio trabajoso,
y a quien das vida más larga
le das pena.
          Así los bienes -muriendo
y con sudor- se procuran
y los das;
los males vienen corriendo;
después de venidos, duran
mucho más.




En el envés del espejo, 2014.






Texto, extracto de "Coplas por la muerte de su padre", de Jorge Manrique.
Fotografías de enriqueponce.




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