martes, 1 de marzo de 2016

"Ser fotógrafo"






opinion.es
EL CAJÓN deSASTRE




"El reportero gráfico"
retrato de Dennis Stock,
fotografías de Andreas Feininger.



"SER FOTÓGRAFO"
(o el objetivo de un fotógrafo)



Elliot Erwitt.

Nick Ut.

Steve McCurry.

Jeff Widener.


          Un fotógrafo es un hombre a un objetivo pegado, uno que transita horizontes buscando un ojo nuevo con el que entender, aunque yerra cuando cree que es un artista pues éste es originariamente un "creador", mientras aquél sólo lo es "revelador". También es cierto que la aportación del invento de la cámara oscura pervierte el anquilosado y marmóreo concepto del arte académico: lo artesanal trastocado por la técnica y lo aúrico por la multiplicidad mediática, y es éste hecho en sí lo que resulta ser verdaderamente reveladoramente creativo.
          Cuando un fotógrafo captura algo no inventa, se limita a trasponer un reflejo de la vida, significarlo sencillamente. Desvela a ojos del neófito lo extraordinario y maravilloso que resulta el mundo que vivimos, por habitual oculto a una sensibilidad atrofiada y embrutecida en lo cotidiano. Su herramienta es sencilla: frente a la fluidez usa del estatismo, ante lo infinito pone un marco, queriendo como decir: "esto existe, es".
          Por eso todas aquellas fotografías que no traspasaron la selección de la hoja de contactos, o el revelado bajo el sistema de zonas, o la manipulación a través de un programa de edición digital, son igual de válidas, pues ésta es sólo la artimaña del operador para los otros ojos ajenos a él, que son los del resto de personas humanas que también transitan absortas preguntándose lo que éste mundo resulta ser.
          Así todo fotógrafo posee una ambigua relación con su poder, dios creador o simple instrumento mecánico de él: en cada disparo cree haber capturado la revelación, con cada copia desespera por haber sido el objeto de su ansia incumplida. Pero el verdadero éxito de la toma no se esconde en la posterior empatía ajena, los premios o el reconocimiento, sino en aprender a ver un poco mejor cada día nuevo, y mostrar lo que no se ve.
          Y lo maravilloso del medio radica en su perpetua omnisciencia. Admiro enormemente a aquellos nombres que hallando su estilo se aferran a él toda la vida que les dura su carrera, pero aún me fascinan más los anónimos personajes que osan inconscientemente en proporcionarnos archivos de historia de esa pequeña especie que habita el minúsculo planeta que se pierde en la inmensidad de una estrecha galaxia que no es nada frente a ese otro todo que es el universo infinito. Fotografías de cuyos lugares, por cierto, no llevan firma de humano alguno.
          Así cuando tanto la evolución de la revolución industrial como su posterior era digital produjeron infinidad de adeptos, y conjuntamente a la difusa promoción de la cultura de masas que atraídas por las tendencias conceptualistas de las vanguardias del siglo XX, crearon el poso de la cuasi religiosa revelación donde cada mínima deriva mental era válida como propuesta artística. Pero la cercanía a la obtención de fotografías no ha conllevado a la par un conocimiento real del medio y, para más inri, la vanidad de todo aquél que se signifique como amateur o profesional, o sencillamente cualquier ser provisto de una cámara, le lleva a pensarse como mesías visual cuando realmente se es solamente gota de agua sobre mar salada.
          Creo que un fotógrafo es un pícaro redomado, un tunante maravilloso, el ilusionista alquímico de los tiempos protomodernos, que valiéndose de lo ignorado transita recopilando huellas de lo que llamamos ayer enmarcadas sobre el dudoso valor de espacios que no le pertenecen a nadie, ni siquiera a él mismo. Y si sus ilusiones tienen algún valor crematístico es porque nació y evolucionó en una sociedad donde el humo es cotizable, aunque la verdadera razón de su misterio estribe en su altruista oferta de fe y eternidad frente al olvido en el que debe caer inevitablemente todo (ser).



Texto de enriqueponcedosmilquince.




Diane Arbus.

Deborah Tubeville.

Robert Frank.
Alfred Eisenstaedt.




Retratos de Elliot Erwitt, Nick Ut, Steve McCurry y Jeff Widener por Tim Mantoani.
Hojas de contacto de Diane Arbus, Deborah Tubeville, Robert Frank y Alfred Eisenstaedt.




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