jueves, 13 de agosto de 2015

"Yves Klein"






ARTEsana






Yves Klein
Niza, Francia. 1928-1962



Fotografía bajada de la red.












"La huella azul"








          En Enoshima, una pequeña localidad pesquera cerca de Tokyo, las barcas salen cada tarde a la mar. Al regresar, los pescadores seleccionan algunas de las piezas cobradas, las empapan de tinta e imprimen con ellas sus propios carteles. Los peces hacen las veces de nuestras planchas de grabado: la presión sobre el papel les permite transferir su propia imagen. Su tamaño, su silueta, la textura de sus escamas, la transparencia de sus aletas... Los pescadores sólo se permiten el retoque de los ojos, una licencia que me gustaría creer más emparentada con la magia y el juego que con la obsesión realista de fidelidad al modelo. A continuación, con una caligrafía grácil anotan la clase, el peso y el precio del pescado. Cuelgan el cartel en el interior de su tienda, junto a los otros muchos peces que ese día están a la venta y que van desapareciendo a medida que los clientes los compran y se los llevan.











          Las fotos convencionales son huellas filtradas, huellas codificadas que muestran el desajuste entre imagen y experiencia. La tecnología que interviene en la producción de la fotografía no es más que un saber acumulado. Todas las herramientas (una estilográfica, una cámara o un ordenador) y el conocimiento de su manejo no constituyen sino memoria aplicada. Se podría por tanto concluir que la huellas son las unidades de la memoria, su materia prima, y que la memoria, a su vez, es una intrincadísima estratificación de huellas.
          Toda imagen es físicamente una huella, el resultado de un trasvase o de un intercambio (un depósito de tinta, un efecto de carga eléctrica o magnética, una reacción química). En síntesis, una diferente modulación de información almacenada, de "memoria". Sólo la consciencia histórica nos permitirá calibrar entre huellas directas y diferidas, matizar los infinitos grados intermedios.










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Obra de Yves Klein.
Fotografías: "Antropometrías de la Época Azul", legado de Yves Klein.
Texto, extraído de "El beso de Judas. Fotografía y verdad", de Joan Fontcuberta.




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