martes, 25 de junio de 2024

sábado, 15 de junio de 2024

"Un punto azul pálido"

EL CAJÓN deSASTRE





"Si tenemos en cuenta el número casi infinito de
posibilidades y caminos que conducen a nacer a una
sola persona, debes estar agradecida de ser tú misma
este preciso instante. Piensa en el enorme número de
posibles universos alternativos en los que, por
ejemplo, tus tatara-tatara-abuelos nunca se
encontraron y tú nunca llegaste a existir. Tienes el
placer de vivir en un planeta en el que has
evolucionado para respirar el aire, beber el agua y
adorar el calor de la estrella más cercana. Estás
conectada con todas las generaciones y los seres
vivos de este mundo a través del ADN. También con el
universo, porque cada célula de tu cuerpo fue creada
en los corazones de las estrellas'

(Carta de Carl Sagan a su hija Sasha)



La Tierra y la Luna desde 3 millones de kilómetros.
Fotografía tomada desde la nave espacial japonesa Hayabusa-2.




          "Cuando mi esposo murió, era tan famoso y conocido por no ser creyente, que muchas personas me preguntaron -y todavía me pasa a veces- si Carl había cambiado y se había convertido al final en un creyente en la vida después de la muerte. También me preguntaron con frecuencia si creo que lo volveré a ver. Carl se enfrentó a su muerte con coraje y tenacidad y nunca buscó refugio en ilusiones. La tragedia fue que los dos sabíamos que nunca nos volveríamos a ver.
          No espero volver a reunirme con Carl. Pero lo más grandioso es que mientras estuvimos juntos, por casi 20 años, vivimos con una apreciación real de lo breve que es la vida y lo preciosa que es. Nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que era algo más que una separación definitiva. Cada momento que estuvimos vivos y estuvimos juntos fue milagroso, pero no en el sentido de inexorable o sobrenatural. Sabíamos que habíamos sido beneficiados por el azar... Que el azar puro haya sido tan generoso y tan amable que nos pudimos encontrar, como Carl escribió tan bellamente en "Cosmos" ya sabes, en la inmensidad del espacio y la inmensidad del tiempo.
          Que hayamos podido estar juntos durante veinte años eso es algo que me sostiene y que es mucho más significativo... la forma en que me trató y en que lo traté, la forma en la que nos cuidábamos el uno al otro y a nuestra familia mientras vivió. Esto es mucho más importante que la idea de que lo volveré a ver algún día.
          No creo que vuelva a ver a Carl nunca más. Pero lo vi. Nos vimos el uno al otro. Nos encontramos el uno al otro en el cosmos, y eso fue maravilloso"

(Ann Druvan, esposa de Carl Sagan)




"Un punto azul pálido"
La Tierra desde 6.000 millones de kilómetros.
Fotografía tomada desde la nave espacial Voyager 1.





miércoles, 5 de junio de 2024

"Gigantes que no molinos"

6x6





"El molino ya no está; pero el viento sigue, todavía."
Van Gogh, carta a Théo.























«En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

–La aventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza.

–Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes, iba diciendo en voces altas:

–Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete».


"El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha"
Miguel de Cervantes Saavedra




Imagen bajada de la red.