Fotografía de Max Motel. |
La declaración de <<irrehabitabilidad>> aplicada a algunos jóvenes especialmente <<descarriados>> es, en efecto, realista. Los hijos descarriados suelen tener, debido precisamente a su <<degradante>> diferencia, personalidades muy fuertes y originales. Poseen un refinado mecanismo de reacciones sentimentales e intelectuales. Hay en su inteligencia algo demoníaco, como en los políticos, los intelectuales, los científicos. Ningún político, intelectual o científico estaría dispuesto a renunciar a la más insignificante de las características que lo convierten en lo que es. Se considera irrehabilitable desde la óptica de otras formas de vida: es más, considera esa irrehabitabilidad su más sacrosanto derecho. También un delincuente, un bandido, un toxicómano -rebasado determinado punto- siente ese desesperado derecho a seguir siendo, pese a todo y cualquier precio, él mismo.
Fotografías de Bruce Gilden. (Nueva York, EEUU. 1946)
Texto, extraído de “Escritos corsarios”, de Pier Paolo Pasolini.
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