"(los) Espacios vacíos"
Él era un hombre al que no le pasaba nada. Pero no por nada, sino simplemente que no le acontecía nada. No algo de importancia o digno de resaltar o contar, no, nada. Incluso ni algo tan nimio como un encuentro casual en la calle con algún conocido, y aún menos algo extraordinario como el tropiezo con un trébol de cuatro hojas. No, ni aún proponiéndoselo le sucedía nada.
Vaya.
A veces se trajeaba y salía a provocar acontecimientos y cruzaba la calzada sin mirar, pero en ese momento nunca pasaban coches; o se proponía llamar a alguien y buscaba un teléfono público que rápidamente hallaba, y la calderilla surgía sin más de su bolsillo; o cuando tenía sed ahí estaba el surtidor de la fuente, fresco, esperándole. Se aburría. Si una novia decidía abandonarle era cuando ya no la deseaba, si despertaba triste ahí esta el sol para decirle: ánimo; o si quería saber la hora siempre resultaba la presentida. Aburrido, de verdad.
Por eso cuando se quedaba solo se alegraba, se ponía el pijama y marchaba a la cama. Rezaba -a los cuatro angelitos que no guardaban su cama- y rebozaba las sábanas con la deleitación que da el gusto por lo obsceno, pues su dormir era siempre eso, privado. Se metía dentro y dejaba que aquello le barruntara otros mundos, otros miedos. Y así, aquel hombre, encontraba un lugar donde lo predicho nunca resultaba cierto, y lo inesperado pasaba a alimento; claro que eso duró
lo que dura un sueño.
La parte de atrás, 2015.
Fotografías, título y texto "Nada" (revisado), extraído de ADEMÁS, de enriqueponce.
Qué buena serie!
ResponderEliminar¡Muy bien! Me gusta estas fotos.
ResponderEliminar