domingo, 25 de julio de 2021

"PhotoVision"

EL CAJÓN deSASTRE




PhotoVision






HOMENAJE A JOHN HEARTFIELD
JOSEP RENAU





          El "fenómeno Heartfield" tiene muchos componentes. El fotomontaje político es de origen específicamente nordeuropeo. Y muy a pesar de su evidente novedad es la culminación histórica -en el plano artístico- de la incidencia de tres acontecimientos que sacudieron y marcaron la historia mundial: la Reforma luterana, la Revolución soviética y la trágica ascensión del nazismo. Estas conmociones tiene su epicentro en Alemania, y constituyen las componentes principales del arte de John Heartfield. Por lo tanto, sin conocer a fondo estos tres factores extraartísticos el caso de Heartfield resulta casi inexplicable... Yo mismo, que me considero su discípulo desde 1932; que resido en Alemania (RDA) desde hace más de 23 años y que, por tanto, soy partie prenante en el asunto, he tenido que hacer esfuerzos casi sobrehumanos durante varios decenios para autoaveriguarme lo que hago y por qué lo hago... Resulta obvio advertir que la abrupta complejidad del objeto lo hace totalmente inabordable desde unas cuantas cuartillas. Así pues, mi propósito no puede dejar de ser muy modesto, limitándome a aportar algunas aclaraciones metodológicas, críticas y polémicas a un mejor entendimiento de la obra excepcional de uno de los más grandes artistas de todos los tiempos.
          George Grosz tituló su famoso retrato de Heartfield "el pequeño asesino de mujeres"; Aragón escribió que el arte de Heartfield "es un cuchillo que entra en todos los corazones". Hipérboles que guardan un cierto relente de nihilismo dadaísta del antiarte de entonces. En el contexto de hoy, esta violencia verbal suena a terrorismo sicológico.
          Después de un recorrido por USA y en los primeros años de mi exilio mejicano, me percaté de que si ese "cuchillo" se embadurna con colores fluorescentes y de neón -como en la señales de tránsito y en los escaparates- "entra en todos los corazones" más sutil y profundamente. Porque irritan el nervio óptico y reblandecen el sentido crítico, haciendo más peligrosamente expédito el camino al corazón... En el universo de Heartfield -en los ámbitos berlineses proletarios- el "color" no jugaba el papel reaccionario, venenoso y criminal (en el sentido más lato del término) que juega en las grandes urbes de nuestros tiempos, camuflando las mismas categorías sociopolíticas que nuestro artista combatió tan denodadamente. Quizá por eso el mismo Heartfield se "irritó" cuando vio mis fotomontajes políticos en color. Quizá porque ya tenía el corazón endurecido de tanto blanco-negro.
          Cuestiones tan abruptas tienen muchos sin embargos... El primero: cuanto más pasan los años más se arraiga en mí la convicción de que los fotomontajes de Heartfield no son todavía historia: el blanco-negro heartfieldiano sigue operativo. Me produce una impresión cada vez más inefable, pero en el extremo opuesto de la delectación estética y, sobre todo, en la negatividad de ésta. Percibo cada vez en ellos un epitelio subyacente más hondo y oscuro, y otro cada vez más extensible y tenebroso, como si no fueran cosas "en sí mismas" -como las demás obras de arte-, como si se trataran de radiografiar los confines más abyectos de la condición humana. Tomada en su conjunto, nunca ha amanecido obra de un realismo crítico-patético más denso, certero y penetrante. Y de una vehemencia visual que marca indeleblemente la médula misma de los sujetos que aborda... Dado el cariz que han tomado los grandes medios de información desde fines de la Segunda Guerra Mundial -segundo sin embargo- , a no haber sido por la esforzada labor de Heartfield y su equipo, las gentes habrían olvidado ya ese feroz linaje de sujetos. Nada exóticos, por cierto: pululan por doquiera se menosprecia la persona humana y das Kapital domina...






Imágenes y texto del nº1, Julio-Agosto 1981, de la revista PhotoVision














Imágenes portadas de la revista PhotoVision



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