sábado, 5 de abril de 2025

"Monumento a la nueva generación"

OPINION.es




“Monumento a la nueva generación”

“ o Patrimonio Cultural ”





Anna Uddenberg

“Monumento a la nueva generación”.




          Que otras latitudes practiquen singulares gastronomías tiene harta fácil justificación, en las antípodas comen canguros, en el oriente carne canina, murciélagos y hasta peces globos asesinos, en latinoamérica picotean saltamontes, hormigas y larvas proteínicas, y en la África les hubiese ido mejor si no hubiesen perdido la costumbre de almorzar colonizadores esclavistas. Pero lo que resulta harto difícil de asimilar es que a medida que el estilo de la sociedad occidental se globaliza y desglobaliza y perfecciona en su infinito afán expansionista y resiliencia es la introducción de cierto hábitos costumbristas-antropológicos que rozan la imbecilidad, productos tal vez del aburrimiento de un estilo de vida que aspiraba al ocio y ahora se ve abocado a la tiranía de la inercia infinita de una felicidad perpetua -aunque sin embargo el resultado resulte la nefasta euforia que necesita de dosis continua para satisfacer una ansia siempre insatisfecha-. Espero que a la postre no sean proféticas las palabras de Walter Benjamin cuando nos predice que “La humanidad se ha convertido ahora en un espectáculo de sí misma. Su autoalineación ha alcanzado tal grado que le permite vivir su propia destrucción como goce estético de primer orden”. El homo-europeus siempre se ha distinguido por su amplio ámbito de contradicción, igual inventa la penicilina que se atora en guerras asesinas, igual cercena regímenes teo-nobiliarios como santifica fanática comida de leones, igual da luz a cervantes y shakespeares como a frustrados pintores nacio-idealistas. Y sin embargo no es patrimonio de acá el llevar a cabo actividades incongruentes o abusivas, recientemente en uno de mis viajes mediáticos por la red hallé una fotografía singular, en ella unos nativos Tzotzil del estado de Chiapas al sur de México portan en unas sillas sobre sus espaldas a la familia del propietario de la tierra. La imagen de por sí resulta anacrónica, remite a unotros tiempos donde las clases estaban indudablemente separadas, acordadas unánimemente o impuestas a sangre y fuego, y sin embargo es una toma realizada en el aun cercano 1955, y sobre todo resulta extraordinario comprobar que son el legado para unotra costumbre que sí se conserva aún un poco más al sur en el mismo continente, en diversas partes de Colombia su patrimonio cultural ha preservado y desarrollado durante festivales veraniegos un evento donde los “silleteros” portan aquellas mismas estructuras repletas de arreglos florares. De aquellas tormentas, estos lucidos lodos. Sin embargo en un próximo Perú, en la región de Cusco, la comunidad de Chumbivilcas se obstina cada 25 de diciembre en resolver sus problemas personales, rencores o malentendidos recurriendo a lo costumbre ancestral del Takanakuy -su significado en quechua es “golpearse mutuamente”-, dicha considerada manifestación cultural consiste en combates rituales ataviados de trajes llamativos y/o máscaras donde se dirimen las desavenencias y se restaura la armonía social. Demuestran así que la inveterada costumbre del sectarismo o la violencia no es exclusividad del colonialismo, que el pasado prehispánico ya también era unotro salvaje oeste.




Anónima.



          Aunque para una mente eurocéntrica lo que ocurra más allá del charco resulte al fin algo menos que efectos colaterales, así que centrémonos en el desarrollo antropológico de nuestro entorno que nos produce ese bienestar y acomodo más allá del virtualismo imaginario de la red. Sobre todo lo que nos venden y compramos es una eterna juventud llena de actividades sinfín y su consecuente extimidad -término lacantiano que refiere a la exposición pública de la intimidad-, y que practicamos espontánea y profusamente porque se ha convertido en un fin, relegando a la contingencia a la misma experiencia per se. Hemos convertido en deporte -o en arte- el profanar los parque naturales por amor a la naturaleza, hemos redefinido la salud sobre extenuantes triatletismos sin límite de edad o kilometraje, hemos trocado el tedioso descanso vacacional por cortos intervalos de estresantes idas y vueltas a ninguna parte, hemos convertido el yantar en una experiencia cuasi-religiosa donde menos es más y más es menos, hemos transformado el sublime placer estético-mental del arte en un disney-park más, y sobre todo nos hemos convertido a un sinvivir que no nos lleva más que al agotamiento. Ya otro pensador -Marco Aurelio -nos lo advirtió también: “Los placeres, cuando van más allá de cierto límite, no son más que castigos”.

          Y creo firmemente que por loa al mismo aburrimiento creamos formas nuevas de “manifestaciones culturales”. En la incierta periferia de la misma Europa se encuentra Finlandia, considerado por algunos organismos sin firma ni voz ni relevancia como el país más feliz del mundo, y en este allá cercano en la ciudad de Oulu se celebra todos los años desde 1996 el evento anual “Air Guitar Dark Horses”. Su excelso lema es ”promover la paz mundial”. En suma se trata de subirse a un escenario a tocar sobre tradicionales temas del rock y en playback una guitarra sin cuerdas y según la ideología de la competición “las guerras terminarían, el cambio climático se detendría y todas las cosas malas desaparecerían si todas las personas del mundo tocaran Air Guitar” -el súmmum, puesto que a nadie amarga un dulce-. Pero no salgamos de allá, Finlandia también es cuna de la “equitación vegana”, desde donde se viralizó y extendió, aunque no entiendo bien por qué, y que consiste básicamente en subirse a un palo con cabeza de equino y moverse a trote asnal por una pista con obstáculos cual si ejercitáramos una hípica sin animal -…bueno, eso dicen ellos-. Sin embargo la también ciudad finesa de Seinäjoki reúne anualmente en su competición más destacada a unas diez mil personas que profesan -o se supone- la ideología afín al veganismo y que rechazan las carreras, la equitación, la estabulación o simplemente el montar caballos como una forma de explotación animal, pudiéndoles causar con ello daños físicos y mentales -a los animales, creo-. Ya se oyen voces que reivindican la inclusión de tal práctica deportiva en los JJOO. Aunque tampoco nos llevemos las manos a la cabeza, peores cosas se han visto en dichos eventos, en 1900 se compitió en “tiro a la paloma”, también en ese mismo año el “paseo en globo aerostático” fue prueba dirimible además del “salto de caballo” aunque no como ahora enfrentados a obstáculos sino en longitud y altura, también y de forma paradójica en los de 1908 se compitió en “corte de pelo de caniche” venciendo quien en dos horas lograse más especímenes, y entre 1912 y 1952 se contó además con las bellas artes inspiradas en logros atléticos como competición, pero el exceso de lo grotesco es para la práctica del duelo en los juegos de 1906 y 1908, que aunque se llevaba a cabo con pistola, balas de cera y muñecos, pasó por la supresión de estos últimos y el añadido de petos protectores a los sujetos para refocilamiento del vulgo -la democracia liberal que nos arropa nos dice que somos un compendio de tolerancia y si la mayoría decide la hoguera acabamos todos churrascos-. Pero recién desde las antípodas nos llegó el último retruécano de este maravilloso mundo de lo kitsch, puesto que para la novísima categoría deportiva de “breakdance” Australia nos envió a Rachael Gunn quien viralizó el ridículo y su orgullo en una actuación memorable que mereció el cero absoluto de todos los jueces -merece verse, una visita a YouTube tikTok FB por lo tanto resulta imprescindible- Puesto que la tiranía mediática se cebó ya en demasía con ella no quisiera yo sumarme a tal despropósito así que deseo exculparla diciendo que nada de su actitud se debe a su dieta rica en canguros sino más bien a una simplona estupidez educacional [he de puntualizar que en la fotografía adjunta está correctamente posicionada porque es de la otra parte del mundo quienes como todos sabemos viven cabeza abajo]. 




Imagen bajada de la red.


          Hasta ayer no conocía a Rachael, mañana la olvidaré, tampoco tengo el inmenso placer de codearme entre los círculos de Lupita Aguirre Manzur -quien se hace pública con esta joya de comentario a pie de la fotografía “Chica negra con perla” de Jenny Boot: “Preciosa Becky, quizá sea una influencia de la dama de la perla. El turbante, la perla, la postura y la mirada” [aún dudo, éste quien esto suscribe, si he de hacer explícita la clara referencia a famosísimo óleo de Johannes Vermeer “La joven de la perla”]-, ni siquiera Anna Uddenberg cuenta con mi atención después de mostrar el “Bienal de Berlín” de 2016 el “Monumento a la nueva generación” que prefacia este texto, puesto que todas ellas hacen patente lo evidente, que el libre albedrío de la red abrió la exclusa a la visibilidad de la ignorancia. Sin embargo sí estoy agradecido a haberme encontrado en diversas ocasiones con Susan Sontag, su manual-biblia “Sobre la fotografía” o el panfleto antibelicista “Ante el dolor de los demás” resultaron enriquecedores-esclarecedores por su erudición, lucidez y brillantez, y sin embargo la traigo aquí por otras palabras suyas que me remiten a una empatía que traslada el pensamiento por sobre los tiempos, espacios o circunstancias y que tienen que ver con el presente exordio de abulia y queja frente al patrimonio cultural presente, “No me siento culpable por ser insociable, aunque a veces puedo arrepentirme porque mi soledad es dolorosa. Pero cuando entro en este mundo, lo siento como una caída moral, como buscar el amor en un prostíbulo”.

          En palabras de Anton Chéjov: “En las sociedades fallidas, hay mil tontos para cada mente débil, y mil palabras podridas para cada palabra consciente. La mayoría es siempre la idiota, y la inteligente prevalece constantemente. Así que si ves temas triviales liderando discusiones en una comunidad, y temas triviales encabezando la escena, estás hablando de una sociedad muy fallida. Por ejemplo, canciones y palabras sin sentido encuentran a millones de personas bailando y cantando, y el dueño de la canción se hace famoso, conocido y amado. Incluso la gente tiene sus opiniones en asuntos de sociedad y vida. En cuanto a científicos, escritores y autores, nadie los conoce y nadie les da valor ni peso. La mayoría de la gente ama las tonterías y la intoxicación. Alguien que nos adormece para hacernos perder la mente, y alguien que nos hace reír con tonterías, es mejor que alguien que nos despierta ante la realidad y nos lastima diciendo la verdad. Por eso la democracia no es buena para las comunidades ignorantes, porque la mayoría ignorante decidirá tu destino”. En fin que me cuesta acomodarme a la idea, en esta época de tal exceso de vanidad y extimidad, que la gente no se avergüence de atrofio de mente en cuerpos tan idolatrados.




Jenny Boot

“Chica negra con perla” 



           Cada nueva generación es un mundo nuevo en sí mismo, cada ser, cada persona, su ser su existencia su presencia, sus circunstancias son únicas, irrepetibles, efímeras, sujetas la contingencia del azar, de la suerte, de la fortuna de la disfortuna, cada vez que la luz luce el sol alumbra el bigbang implosiona-impresiona cada vez que decimos cadavez, los instante son irrepetibles irrecuperables inmensos inconcebibles, o tal como afirma el epicúreo-decadentista Emil Cioran: “La vida puede ser un infierno, pero cada instante es milagroso”, por eso por ello creo-decreto que debiera esta penado con pena de no-vida la ignorancia, la ebriedad de circunstancia la inculpada acusación de no crecer-madurar, comprometerse, en fin vivir. Porque vivir no consiste en respirar comer procrear pagar deudas viajar beber argumentar votar, suceder, sucederse, vivir consiste en una experiencia irrepetible, única, suprema. Y el Arte es su imago, el reducto de su metáfora, el lugar de acomodo del tránsito, el espacio de la imaginación que reconforta las carencias, la estupefacción del serse, la frase incompleta de lo extraordinario, el cubículo de satisfacción de la insatisfacción, el hábitat de la imposibles explicaciones. Así que el que se acerca a él debe andar de puntillas, humilde, aprendiz, de rodillas, con la misma falsa fe que se pide dedica exige para profesor la las religiones -sectas de la desesperada esperanza-, con el mismo convencimiento que se necesita para profesar discurrir vivir inconsciente, con igual afán que desprevenida nos llegamos a la muerte. Y quien acudiendo a los templos melómanos de los silencios rotos y el escuchar a W.A. Mozart no le resulte un envolverse en un pop de la vanidad aristocrática burguesa de aquella-esta época, quien no sienta que oír a R. Wagner es recorrer los ámbitos de la epopeya de los todos poderes, quien se regodea en L. van Beethoven y no perciba el homenaje del canto a un pueblo-un colectivo y común destino y que por tal sublime, o quien en suma no reconoce la odisea mística de las oraciones de un J.S. Bach extraterreno-místico, iluminado, celestial, no entiende no merece y/o peca de soberbio, de insensible, de inhumano, de prole plebe vulgo, animal gusano protón.

           La costumbre-hábito-disfunción de convertir los museos las ferias de arte las salas de programada institucionalización cultural en espacios de reciclaje de basura o ignorancia -aunque encuentre su referente social en otros hábitos del-los diferentes ámbitos antropológicos- no es disculpable por la gran profanación resultante a los templos merecedores de respeto y adoración que acogen el lugar de una creencia intrínseca a la virtud del ser como ser, como homo-sapiens ignoratius, como una de sus esperanzas redentoras, como sucedáneo de la fallida posibilidad del perdido edén. El Arte es un proceso de creación, o re-creación, a través de la mimesis de lo percibido por nos, seres bípedos ignorantes y efímeros, la invención o re-invención de lo presentido, y es ello a través de todos los tiempos y en toda las civilizaciones. Y aunque se convierta, o lo deduzcamos de sus hábitos antropológicos, no es el mero diletantismo de goce estético al que nos habíamos acostumbrado y acomodado -o la admiración técnico estilística que nos confundió con un virtuosismo sin fondo- proveniente de la ecuación platónica-católica dios=belleza, pero tampoco su contrario, el uso abuso de lo feo grotesco banal, como medio contestatario o reivindicativo de un vacuo acomodo gregario. Como tampoco el Arte es el ámbito de ninguna felicidad, para el filósofo esloveno Slavoj Zizej “La felicidad nunca fue importante. El problema radica en que nosotros no sabemos qué es lo que realmente queremos. Lo que nos hace feliz es el no alcanzar lo que deseamos, sino soñarlo. La felicidad es para oportunistas. […] la única vida de profunda satisfacción es una vida de una eterna lucha, especialmente, la lucha contra uno mismo. Si quieres mantenerte feliz, solo sigue siendo estúpido. Los auténticos eruditos nunca fueron felices; la felicidad es una categoría de esclavos”. Dicen que la peor de las dictaduras es aquella en la que se está convencido de vivir en libertad, y el incómodo acomodo de este mundo virtual burgués nos tiene tan atrapados en la red de la ignorancia que el disfrute de sus goces no nos permiten vivir, ni pensar más allá -como bien dice el escritor colombiano Roberto Palacio: “En la era de la ansiedad consumimos emociones como se consumían lavadoras y televisores en los años 50”-. Pero si fuéramos capaces de apreciar el valor del tiempo en sí mismo, de reconocer el privilegio del ocio humanista que se nos niega en la hiperactividad mundana y vulgar, si quisiéramos escuchar las lecciones de los grandes nos bastaría con perdernos entre la(s) pasión(es) de W. Shakespeare o/y la (sin)razón de M. de Cervantes para saber reconocer que nos estamos dando de bruces contra la pared y que otro monumento a la nueva generación es posible -y necesario-. Tal vez éste:





Anónima pero necesaria.





enriqueponce en 2000 veinte y 4.




martes, 25 de marzo de 2025

"La imposible costumbre de estar vivos"

ELCAJÓN deSATRE




Anónimo.



Por los payasos habla la verdad.
Como escribió Freud, la broma no existe:
todo se dice en serio.

Sólo hay una manera de reír:
la humillación del otro. La bofetada,
el pastelazo o el golpe
nos dejan observar muertos de risa
la verdad más profunda de nuestro vínculo.

Todo payaso es caricaturista
que emplea como hoja su falso cuerpo deforme.
Distorsiona, exagera -y es su misión-
pero el retrato se parece al modelo.

Vuelve cosa de risa lo intolerable.
Nos libera
de la carga del ser,
la imposible costumbre de estar vivos.

Cuando se extingue la carcajada y cesa el aplauso,
nos quitamos las narizotas,
la peluca de zanahoria, el carmín,
el albayalde que blanquea nuestra cara.

Entonces aparece lo que somos sin máscara.
los payasos dolientes.

José Emilio Pacheco.





Charles Deburau, 1854-4.
Félix Nadar.




Circus Dwarf. Palisades, New Yersey, 1958.
Bruce Davidson.




Bumpsy Anthony.
George Anthony Hulme.




"Días de circo"
, 1975.
Jil Freedman.




Giulietta Masina.
Anónimo.



Charlie Chaplin, 1952
(durante el rodaje de "Limelight").
W. Eugene Smith.




Buster Keaton, 1965.
Lawrence Schiller.



Woody Allen (como Charlot), 1972.
Irving Penn.




Ringling bros and Barnum & Bailey circus, 1944.
Weegee.




Anónimo.



Anónimo.



Anónimo.


sábado, 15 de marzo de 2025

"La guerra de las palabras"

OPINION.es





“La guerra de las palabras”

(o ¿es ahí la guerra?)






“No se detiene una guerra con palabras, pero la palabra no pretende forzosamente cambiar la historia, es también una cierta manera de vivirla”. 

Simone de Beauvoir

 

"La paz es mucho más que una toma de postura, es una auténtica revolución, un modo de vivir, un modo de habitar el planeta, un modo de ser persona".

María Zambrano


"Estoy aquí para explicar lo hipócrita que es el mundo que se emociona porque un cirujano reemplaza un corazón con otro,

y luego acepta que miles de jóvenes criaturas, con buen corazón, son enviadas a morir, como vacas al matadero, por la bandera”.

Oriana Falaci


“Aprendí que no existe nada tan terrible y peligroso como la gente normal”.

H.P. Lovecraft









Fotografía de Tsafrir Abayon.



          En mi juventud trabajé en dos periódicos de papel, resultaba incómodo saberse el bufón del rey, luego las circunstancias me llevaron a ganarme el sustento en el sector industrial y aunque te traten como un donnadie sin embargo me siento más digno que entonces. Pero ¿en qué momento dejé de creer que los periodistas eran comprometidos intelectuales altruistas?, no sabría bien decirlo y, aunque mi lucidez resulte reciente, la consecuente pérdida de respeto me abrió a la par un profundo pozo de irritación y recelo hacia ellos. El aura de romanticismo que porta el oficio de periodismo hace que se considere a los medios de comunicación con una función primaria y primordial de informar-denunciar, contrapeso de la opresión, y no es cierto pues siempre se han dedicado abierta e impunemente a producir opinión, aunque se tratara de una función acometida de manera subliminal, lo nuevo es su desprejuicio actual frente a sus receptores, nosotros, los ciudadanos de los países democráticos y libres. Pero tal como expuso Ryszard Kapuscinski, “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”, y desde entonces navegamos en el laico y ciego credo de que según el lado del telón en que naveguemos se trata de prensa libre o propaganda. Además ahora lo que poseemos no es la verdad sino su sucedánea colgada en la red para que cada uno elija su propia forma aislada pero incapaz para mantener un diálogo sensato con nuestros vecinos. Pero si nosotros españolitos de a pie que tuvimos como catecismo inmutable e incuestionable durante cuarenta años al NODO que nos desinformaba constantemente sin prejuicio aparente ¿cómo somos ahora capaces de no cuestionar la certeza de los actuales medios atrapados en las manos de la pseudo-democracia neo-liberal?, la misma que nos dice que lo que aquí llamamos empresario allá es un oligarca, o que aquí logra un emprendedor lo que allá sólo lo alcanza el arribismo -la verdad no es nunca unívoca, sino siempre plural, no hay buenos y malos, los buenos cometen a veces vilezas y los malos en ocasiones aciertan-. Este mismo país que gritó NO A LA OTAN y NO A LA GUERRA bajo distintos colores de gobierno durante los últimos cincuenta años -y aún a falta de nuevas noticias la guerra no ha cambiado ni un ápice, todas esconden un sólo motivo: estratégico- sin embargo ahora pertenecemos a ese tratado y nos hallamos en una constante escalada hacia unotra 3ªGM. Tal vez al ser ésta época de información en exceso, ello mism recubra su falta de su pluralidad y su supuesto filantrópico altruismo -igualmente su cierta intención sea que toda información adquiera el estatuto de dudoso, no un ocultar las mentiras vertidas por algunos intereses partidistas-. 

          Luego, los mismos que a través del bombardeo mediático nos publicitan y adoctrinan con la supremacía belicista serán los que nos venderán los horrores de la misma, los que la propiciaron usan desvergonzadamente sus consecuencias como argumento justificativo y aliciente en pos del progreso de la barbarie de la batalla. Con la complicidad de la prensa adjetivarán sus efectos, les llamarán crímenes de guerra o genocidio a los asesinados por sus propias armas -tal como nos indica Noam Chomsky, “El propósito de los medios masivos no es tanto informar y reportar lo que sucede, sino más bien dar forma a la opinión pública de acuerdo a las agendas del poder corporativo dominante”-, pero nos vetarán lo cierto, que una guerra es igual a otra guerra, que la guerra es sólo GUERRA, un día a día monstruoso, destructor, inhumano. Lo que niegan tras el alentarla es que ninguna admite adjetivos hipócritas porque lo productivo real es el engrose de sus beneficios bancarios, la de aquellos que la lideran, sus responsables, porque sí, si hay responsables, todo aquel que dijo SÍ. Yo acuso, yo señalo, yo culpabilizo a todos aquellos que las suscriben y a todos aquellos que las apoyan, pues tienen toda la responsabilidad, ya que cada guerra siempre es la misma, la muerte siempre igual, y un arma sólo defiende siempre-siempre la sinrazón. El único fanatismo admisible es el de la Paz.

          En connivencia con todo el aparato del Estado -los políticos y el mundo empresarial, que son quienes mueven los hilos de aquellos títeres- el trabajo de la prensa es difundir el miedo para hacernos creer que vivimos en un burbuja tutelada por un orden paternalista. Así, igual que se demanda proceso para los señalados por crímenes de lesa humanidad frente a los Tribunales Internacionales*, si además se juzgara en ellos a todos los que incitan al bombardeo mediático en apoyo de cualquier escenario bélico, tal entonces no se mostrarían orgullosos al frente de los proclamas. Llamamientos a un crimen sistematizado y legalizado por el Estado, institucionalizado para oscuros beneficiarios, una carta blanca para que las personas se conviertan en homicidas en pos de oscuros y crematísticos intereses sin más. Lo triste es que estamos condenados a convivir, o peor, a ser regidos por esta pléyade-caterva de hipócritas-esquizofrénicos, quienes “… después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entallan, se perfuman, se peinan, se visten y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son”, así los desvelaba y describió Julio Cortázar.

          No suelo referirme a la actualidad más inmediata, prefiero la rumiada meditación, aunque lo grave de la inconsciencia de populacho alentada por nuestros cínicos dirigentes me haga llegar a la excepción de esta improvisación. Recientemente primero fue el estallido de la situación larvada de Ucrania frente a la nueva Rusia emergente, que llevó a todo el orbe gubernamental occidental a un apoyo incondicional -ideológico y económico- de aquel reducto hasta ayer bajo órbita eslava, conjunto a un incremento a las políticas belicistas de prevención y reactivación de un telón o una nueva guerra fría, basada en el simplismo mediático yanqui del “nosotros los buenos frente a ellos los malos”, que tan bien cala en una sociedad adocenada en el orgullo hedonista del Instagram, en la ira gratuita del Twitter-X, y en el insacio consumismo de Amazon -apuntó George Orwell que “Toda la propaganda de guerra, todos los gritos y mentiras y odio, provienen invariablemente de gente que no está peleando”-. Y luego llegó como un huracán la irresoluta cuestión palestina, el caos político-territorial-humanitario del Medio Oriente siempre latente, siempre confuso, por siempre interesado. La desmesura de un genocidio en directo, la venganza de un pueblo-una “raza” que se ha convertido en su propio enemigo. Cuando presencié la transmisión de la coincidencia de los parlamentos USA y los europeos unánimemente levantados aplaudiendo el apoyo logístico a través de la asociada OTAN a la guerra en Ucrania no pude menos que sentir escalofríos, y miedo, mucho mucho miedo. Cuando asisto impotente al espectáculo de aniquilamiento y humillación de las gentes de Gaza y más allá -irónicamente resueltas en estas imágenes que acompañan este lamento- tiemblo de pensar en manos de quien estamos. Así no resulta anómalo que cerebros pensante, sensibles y ecuánimes se aferren desesperadamente al nihilismo, eremitismo o cinismo de un C.Bukowski, por ejemplo, cuando postula: “La civilización es una causa perdida; la política, una absurda mentira; el trabajo, un chiste cruel”.





“La ironía de convertirte en aquello que una vez odiaste”.

Anónimo.




Evolución del estado israelí y el territorio palestino desde 1947 a día de hoy.





Anónimo, visto en la red.



          A este imberbe anciano quien suscribe le cabía aún en el cuerpo-mente la esperanza de que esta histórica Europa con todas sus contradicciones y errores, paso a paso, a pequeños sorbitos, hubiese aprendido de su Renacimiento, Ilustración, colonizaciones frustradas, guerras apocalípticas y expolios estratégicos. Sin embargo “La civilización no suprimió la barbarie; la perfeccionó e hizo más cruel y bárbara”, como bien ya nos anticipó Voltaire. Está claro que “a Dios rogando y con el mazo dando” es el eslogan perenne que ha elegido este reducto católico-luterano para asentar sus fueros en el sitio. 

          Al futuro se llega por dos caminos, por el resoluto o por aquel otro que jamás acontece. Así los vaticinadores, astrólogos o futurólos siempre se vanagloriarán a posteriori del primero de ellos, dejando a la cómplice desmemoria las nefastas predicciones jamás ocurridas. La I-GM, “la grande”, encontró su más insignificante justificación en un disparo anarco-revolucionario frente a la decadente aristo-meritocracia, pero aquel fue tan sólo uno más de los múltiples y variopintos desmanes de la época. Y a pesar de la sangrienta experiencia del s.XX en estas tierras nacionalistamente inconclusas persistimos justificadamente en estructurar el ego con formas parlamentarias, democráticas o humanitarias. Pero cuidado con pensar que las opciones representan distintas opciones, debemos a nuestro aliado del ala izquierda norteamericana nuestro apoyo incondicional al conflicto territorial entre Ucrania y Rusia, con la complicidad de las instituciones europeas y de su corpus armado -la OTAN- y tal vez ello en parte cegara a la opinión pública frente al trapo rojo del albero de la guerra. Los vaticinios son nefastos, ahora mismo los líderes elegidos de aquella manera democrática del mundo occidental -debiera haber abierto comillas hace rato- nos incitan al neo-nacionalismo rancio y peligroso, con un argumento simplista y similar que justificó aquella conquista genocida de los johns -ford y wayne- del oeste americano frente a un nativo enemigo frágil y de incólume razón. Y han puesto a funcionar a toda máquina a sus colaboradores-cómplices-esbirros de la prensa para justificar el injustificable argumento de su trabajar en pos de la paz, de gastar los recursos energéticos en pos de la paz, de callar en pos de la paz. Hoy como ayer el tirano Bin Laden resulta un aprendiz de revolucionario frente al senil Joe Biden** y su cómplice la empoderada neoliberal Ursula von der Leyen -o/y sus acólitos estrategas del resto del territorio europeo-. La guerra siempre es cosa de dos, y en este caso Europa optó por ser el número tres. Irónicamente el “sospechoso” primer ministro polaco Donal Tusk posiciona la incongruente postura europea declarando: “500 millones de europeos están pidiendo a 300 millones de estadounidenses que los defienden contra 140 millones de rusos”. Desvela inconsciente o sutilmente lo que el decimonónico sociólogo Gustave Le Bon ya predecía: “Las masas nunca han sentido sed por la verdad. Se alejan de los hechos que no les gustan y adoran los errores que le enamoran. Quien sepa engañarlas será fácilmente su dueño; quien intente desengañarlas será siempre su víctima”.

          No pretendo ser ingenuo ni pontificar por ninguno de los bandos en lid, tampoco obviar el largo y tenso desafío que mantienen Rusia y Ucrania desde el estalinismo e incrementado después de la caída del muro, un ingenuo querer soltarse de su desencantada raíz atraída por los fuegos fatuos de la democracia liberal frente a la tradicionalista autocracia revestida con los distintos ropajes de los distintos tiempos. Sin embargo las comparaciones públicas con nuestra guerra in-civil, donde una república constitucional constituida legalmente hubo de enfrentarse a un alzamiento militar armado y apoyado por los fascismos y la desidia democrática occidental de entonces, no resulta parangonable puesto que lo que dirimen es un proceso de redireccionamiento ideológico y social a la par que una fuerza interior de poderes e intereses nacionalistas de ambos bandos -sin olvidar el alcance de la multinacional belicista en su avance hacia las puertas de Moscú-. La una deseando conservar o/y recuperar su tiránico control e influencia, reconvertido desde el socialismo en un oligarquismo vertical y centralizado, mientras que otros apuntando por un alineamiento con el capitalismo democrático de libertades secuestradas, mercadeo liberal y ocio fácil. No resulta por tanto un conflicto internacional, mientras que su apoyo no es más que una cínica oportunidad de desestabilización -en vez de continuar con la lenta oportunidad de aproximación que se iba produciendo- de este lado del telón por parte de la imperiosa élite yanqui, con la complicidad de la ingenuidad e impotencia de la comunidad europea, con las nefastas consecuencias de aproximación a un conflicto nuclear. Cada pueblo-nación debe recorrer su camino, y cuando necesite de aliados no debe ser alentado y ayudado en pos de su propio derrumbe, y el occidente liberal sabe muy bien, hoy en Ucrania como ayer en la España republicana, que tender o negar la mano no es en provecho del sufriente, que su acción es fue y será interesada y crematística, su juego es el desestabilizamiento del otro, el interés propio su interesada motivación. Y mientras que unos piensa que el conflicto les cae lejos, por contra el otro abre la puerta de su casa y dispone los enseres para coquetear con una tercera guerra nuclear “mundial”, aunque hasta que se decidan en la escalada de su absurda lid quien realmente sufre sea el de siempre, el anónimo hombre mujer y niño niña que no tienen voz ni sabe de democracia teocracia o/u oligarquías. Sin embargo las voces que debieran resonar por esos altavoces mediáticos para acallar la histérica sinrazón criminal debieran ser las de la razón, como por ejemplo la de María Montessori quien con humildad, elegancia y sencillez proclama que “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, se educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz”.

          En cuanto al otro conflicto actual y/pero permanente, el palestino-israelí -aquí concisamente ilustrado con las instantáneas iniciales- he de decir que la hipocresía del mundo civilizado está rozando ya la permisividad y credulidad de la gente, del pueblo, del populus vulgarus. ¿Qué se puede esperar de una no-nación nacida en la teocracia de la diáspora, en el argumento de la tribu excluida frente al resto enemigo, que fundamenta todas sus acciones en la palabra divina -donde todo se acata y nada es posible rebatir-, sean ellas de orden social, antropológicas o militares?. ¿Quién le explica que no son ellos los inventores de la Historia, ni los únicos exilados, perseguidos, masacrados, expoliados, que a la imperial y omnipotente Roma ya la expulsaron unos bárbaros de los umbríos bosques nórdicos, que a los indios mesoamericanos casi los aniquiló la ambición hipano-católica, que incluso la ancestral y milenaria China del sol naciente se vio sometida y gobernada por dinastías completas de manchúes y mongoles venidos del otroro gélido norte siberiano, que a las culturas exuberantes de los egipcios y a los griegos se las borró del mapa sin contemplaciones humanistas, científicas o estratégicas, que en la olvidada y perdida tierra africana de Ruanda el poder hutu intentó el indiscriminado exterminio de la población tutsi, que en Sudáfrica y Namibia hace apenas un cuarto de siglo el apartheid era moneda común, compartiendo este derecho con la proa de nuestra compartida y civilizada sociedad capitalista, los EEUU de América, tal como se había practicado el esclavismo por toda la orbe del planeta por todas y cada unas de las élites de todas las naciones destacadas en su época?. Mientras, y sin embargo, y aunque de manera testimonial quiero dejar constancia que en el exilio obligado al que se vieron obligados los sirios por los enfrentamientos de las distintas facciones armadas dentro de su territorio desde hace más de una decena de años, los palestinos encuestados sobre el acogimiento de éstos se ofrecieron con la humildad del hermano necesitado -“si tenemos un pan, comeremos solo medio”, decían, “…que vengan”-, recabando finalmente más de un millón en territorio libanés, que cuenta con una población de alrededor de unos tres millones, y sin embargo la Europa civilizada -contando con casi 450 millones de habitantes- se sintió abrumada, acosada e invadida por setecientos mil de ellos, quienes finalmente se vieron frenados en su huida entre la Grecia oriental y la Turquía occidental tras costosas negociaciones de los burócratas de la UE que evitaran la invasión étnica -siendo normativamente inapropiado diríamos “racial”-, y mientras a la par repartían el pastel de sus beneficios y exportaban sus-las armas necesarias para dirimir aquel conflicto estratégico. Así países y ciudadanos de tercera pululan por las fronteras de los derechos mientras que países y ciudadanos honestos, legales y éticamente puros bombardean, invaden y expulsan del seco terruño de olivos y sol para que nuestros jóvenes implanten, asienten esta tan maravillosa civilización del selfie.






Autor desconocido.



          Los muertos no hablan, las fotografías callan, así los hechos no salen ni de ellos ni de ellas, se reflejan solamente, el reportero plasma y el corresponsal pregunta, pero será el frío analista tras bambalinas quien acumule los datos y exponga después los hechos, o así creí yo que funcionaba esto. Pero no. Desde la guerra de Irak I (del Golfo) la mediatización del control de la información que sale del frente es tan exacerbado que resulta descarnada la manipulación. En aquella se nos autorizó a presenciar en directo sus pulcros bombardeos desde la pantallas de nuestro tv, aunque vetando el acceso a primera línea y sus connaturales consecuencias de víctimas personales y materiales, o efectos colaterales como se les llamó entonces. Sin embargo ahora en Ucrania con la nueva regulación laboral del periodismo digital las categorías se confunden y el camarógrafo hace de corresponsal a la par que de analista desde el mismo frente de batalla con la aquiescencia de los gobiernos occidentales que dan acceso libre a una prensa libre para una información supuestamente veraz y/o neutral. Pero los muertos callan obstinados la causa de sus decesos, y mientras los medios aportan más leña al fuego en su ingenuo y supuesto neutral posicionamiento haciendo llamamientos vacuos y falsos. Esta(s) guerra(s) es la misma, la de siempre, una donde los países ricos se reparten el pastel del expolio de los tercermundistas, donde encuentran los recursos para el desarrollo de sus intereses, y donde un muerto vale mediáticamente menos que otro de acá. Show del belicismo, multinacional de muerte, mercadeo del horror, el periodismo se ha transmutado en eso, un show, en pos de una sumisión ciega por parte de la ciudadanía frente a las subida del gasto militar, lo que supone que los recursos sociales -sanidad, educación, pensiones…- vuelvan a quedar relegados a pesar de los años de continuas recortes, de las insatisfechas demandas que se frustraban en cada votación crédula, en cada esperanza y desesperanza puestas en una democracia del bienestar, derivada intangiblemente en un mercantilismo voraz, ciego y ególátra, autócrata, elitista y omnívoro para con la gente, para con el individuo que dice representar o/y defender.

          Dentro del caos de este mundo zoocializado hay un orden perfecto, existe una teología estatalizada para que el adormecimiento de la conciencia del pueblo tenga una cierta paz, se permite y alienta el eterno y amoldado a los tiempos espectáculo de “pan y circo” que conserva apaciguadas las ansias salvajes de conquista sobre el vecino, y hasta se le cede una parte de opio en función del bien social mientras otras formas distópicas que atenúe las frustraciones serán negadas en función del utilitarismo que aporte al bien social, y se acepta además un grado oscuro de sodoma y gomorra porque hace más bien callar y derrotar al instinto que abrir la libérrima caja de pandora del eros desbocado del comercio carnal. Todo atado y bien atado de manera tan perfecta y compleja que es imposible disentir u oponérsele, nos dan todo masticado y bien masticado y aderezado de falsedades porque si nos dieran además la formación, la información y el derecho de acceso a las verdades nos atragantaríamos como niños, y no es que los políticos nos traten como tales, es que realmente somos niños morando en cuerpos de adultos. De hecho la política imperante se basa en “La tolerancia absoluta de todo, es el valor dominante. Lo único que no se tolera en tiempos posmodernos son las convicciones firmes, las que no se sujetan consenso, pues la época líquida, no tolera lo sólido y lo vomita” como lo dilucida el sociólogo Zygmunt Bauman. Y como el paradigma para lo que André Malraux definió como “…toma(ba) -de- conciencia de que la guerra es hacer lo imposible para que pedazos de hierro entren en la carne viva” sigue siendo la foto-fija, esa la portadora de ese punctum revelador de ciertas verdades, estas dos imágenes del soldado soviético Eugen Stepanovic Kobytev, donde entre ellas tan sólo hay los cuatro años de la Gran Guerra, la guerra Patria o la GMII, en la primera le vemos en 1941 cuando partió hacia ella y en en la segunda en 1945 al volver a casa. Porque sí, porque aún hay quien se obstina en creer que las fotografías callan lo que no saben decir…





Eugen Stepanovic Kobytev, 1941-1945.

Fotógrafos desconocidos.


          

          No suelo compartir mi opinión explícita en las plataformas, más bien difundo un posicionamiento subliminal aunque evidente, ético o moral, humanista o/y filantrópico, meditado y de bajo tono a ser posible. Así que mis contactos se hallan sobre todo en el nivel intelectual, artístico, o en su caso de cercanía o amistad cómplice, y uno de ellos con muy buen gusto en sus publicaciones de Facebook, mayoritariamente sobre por y para la gran fotografía, es Giuseppe Cicozzetti, quien con la misma elegancia y sencillez que le caracterizan dejó en su muro recientemente el siguiente prudente llamamiento: “Es aterrador lo ligeramente que se pronuncia la palabra guerra. Nuestros padres conocían la guerra, y por lo tanto prometieron no quererla para nosotros, para que nuestros ojos se llenaran de horror y muerte. Pero nosotros, que usamos la palabra guerra hasta que la veamos en nuestro horizonte como una posibilidad, no amamos a nuestros hijos, porque ellos tendrán que luchar. No soy pacifista con las guerras ajenas, pero sé que las armas no son para la paz: las armas son para matar. Y gana el que permanezca vivo. Hasta el final. Solo una nueva guerra podría ser el fin de todos nosotros. Piénsalo, los que quieren suministrar armas a Ucrania”. No me molestaría la música si no se empeñaran obstinadamente sus intérpretes en que la escuchemos, igualmente me sucede con los voceros belicistas, indefectiblemente has de posicionarte, hoy por éste mañana por aquél. Sin embargo yo pertenezco a aquel argumentario -el mismo que Giuseppe-, tan de actualidad para con la disyuntiva con los vehículos autónomos regidos por una inteligencia artificial que frente a la decisiva e ineludible y espuria opción de atropello a un anciano antes que a un infante, prefiero aquél que opta por una tecnología menos agresiva que evite toda colisión.

          La prueba más humillante que te depara la vida es que serás por siempre un ignorante, joven, maduro o senior, por para siempre te demuestra sin pudor que todo es improvisación, ensayo-error, vanidad-humillación. Cuando Nietzche nos dejó solos y ateos frente al mundo nos inundó una nueva fe en la ciencia, pero el ciego optimismo que se nos avecina con la renovada fe en la tecnología como bálsamo de nuestros males -léase crisis medioambiental, léase distopía IA- olvida que cuando se inició la primera guerra mundial sus portavoces pusieron énfasis en el mismo argumento para preconizar una corta duración y acabó siendo el paradigma de la despiadada y descabellada mejor matanza de hombres orquestada desde las trincheras. En 1915 en uno de los escenarios de la periferia de la I-GM, en la península turca de Galípoli, se libró una batalla tan incruenta y sangrienta como innecesaria en la que se llegó al paroxismo de una lluvia de 6.000 balas por metro cuadrado, era tal el volumen del fuego cruzado que chocaban en el aire entre sí y por efecto de la velocidad y temperatura se fundían. Hoy se conserva un número representativo de ellas en el Museo de la Guerra de Çanakkale como recuerdo del oprobio y terror de aquél enfrentamiento. Tan surrealista, o suprarrealista, como el diálogo del humorista español Miguel Gila, que entre la verdad y la mentira, la burla y la verdad, el horror y la esperanza, nos dejaba el cuerpo con una triste desazón frente a ese inconcebible inhumanidad que supone la guerra, toda guerra: ¿Es el enemigo? Ustedes podrían parar la guerra un momento? (…) Le quería preguntar una cosa, esto… ¿uds. van a avanzar mañana,? ¿a qué hora? ¿entonces cuándo? El domingo, pero ¿a qué hora?… a las siete estamos todos acosta’os. ¿Y no podrían avanzar por la tarde, después del fur’bol? ¿Van a venir muchos?… ala!, que bestias, no sé si habrá balas para tantos. Bueno nosotros las disparamos y uds. se la reparten. (…) ¿Podrían parar la guerra por lo menos una hora, o algo así? porque se nos ha atranca’o el cañón… el sargento que ha meti’o la cabeza dentro pa’ pasar revista y no la pue’ sacar. Está vivo porque le oímos (…) pues verdad, a lo mejor disparando se desatranca, no lo habíamos pensado. Bueno, pues entonces quedamos así, hasta el domingo, que ud. lo mate bien”







Museo de la Guerra de Çanakkale, Turquía.

Imagen bajada de la red.




          En los años noventa del pasado siglo Timothy Treadwell, un entusiasta ecologista y “amante” -literalmente según él-  de los osos grizzly, decidió que su objetivo en la vida era protegerlos y para ello viajó durante trece veranos al Parque Nacional Katmai en Alaska para vivir con ellos. Durante ese tiempo cohabitó y filmó sus vidas sin el soporte de arma defensiva que le pudiese parapetar frente a algún eventual ataque. Entre otras sus declaraciones afirmaban que “era uno de ellos”, que “eran sus amigos” o que “moriría por ellos”, pero no a causa de ellos, puesto que los llegó a conocer desde pequeños e incluso declaró conocer su lenguaje. El tiempo y la autoconfianza le llevaron a traspasar las normativas gubernamentales sobre dichos avistamientos en la vida salvaje y acercándose a ellos les hablaba, tocaba e interaccionaba con tales como simples mascota. Hasta el día en que un viejo oso que tardaba en hivernar y buscaba su último alimento de temporada arrasó con su campamento y devoró a Tim y su novia Amie Huguenard, quienes dormían dentro de la tienda. El piloto que les debía recoger en ese fin de temporada, y los guardas reclamados por éste frente a la ausencia de ambos, hallaron en el audio de la cámara -la tapa de la lente se encontraba colocada- los gritos de la explicación de la desaparición de ambos, luego abatieron al oso y encontraron en su estómago los restos y el ropaje de la pareja, el brazo de Tim aun conservaba el reloj. Misha es un personaje popular ruso, es un oso que aparece en múltiples facetas de su cultura popular, canciones, poemas e historias, de hecho a este país se le representa habitualmente como tal, tal vez como dando a entender que Rusia es grande, torpe y brutal, aunque a la par resulta que es su símbolo de orgullo nacional. Quizá no sea tan buena idea jugar-fiar con-contra ningún oso-ruso.

          Tal vez si fijamos la atención en lo evidente, si parásemos un poco en nuestro arrojado discurrir, si dedicáramos algún tiempo en meditar, sentir, observar o pensar, tendríamos espacio para la razón, dijo J.L.Borges que “las aptitudes morales y las intelectuales van juntas: Un hombre bueno es inteligente, y uno malo es, ademas, imbécil”. Así que lo pre-dicho, cuando opten, si optan, que ustedes lo maten bien.






* Recién corrigiendo el presente la Corte Penal Internacional ha emitido orden de arresto sobre presidente de Israel Benjamín Netanyahu y parte de su gabinete -además, para lavar la cara, también cita a algún dirigente del otro bando- por crímenes de guerra cometidos durante su represalia sobre los territorios palestinos, en suma genocidio premeditado sobre los palestinos -tal vez, solo tal vez medio siglo tarde?, o es que nos resultará por siempre jamás imposible cambiar esta Historia de la inHumanidad?.


** Pasa el tiempo, los días, y las elecciones estadounidenses han devuelto el poder al neo-tirano Donald Trump, quien ha dado un vuelco en los intereses estratégicos, políticos y empresariales, y el anterior apoyo al pueblo ucranio se ha vuelto cinismo interesado en sus tierras raras, en la devolución del crédito prestado, y hoy, ahora, quienes se mesan los cabellos son sus antiguos aliados ideológico-económicos europeos, mensajes que a través de la prensa libre y demócrata de este lado del telón significa: “más rearme puesto que no podemos contar con nuestros cómplices cow-boys del otro lado del lago”, que traducido significa que los recursos de la educación, sanidad y demases recursos sociales que se dictaron imposibles de sostener económicamente surgen espontáneamente de una nada incomprensible y van a dar a la industria armamentística que en bolsa cotizan ya a día de hoy entre un veinte y un setenta por ciento de ganancias.






Petroglifo.

Sefar, Tassili N'Ajjer, sur de Argelia.








A día de hoy dom. 10 nov 10:35 2024-10 marz 12:02 2025, de enriqueponce.