miércoles, 7 de diciembre de 2016

"Berndnaut Smilde"






(ARTEsana)




Berndnaut Smilde
Groningen, Países Bajos. 1978




Fotografía bajada de la red.














...la nube es en primer lugar una sustancia corpuscular sin contorno, sin forma definida, sin cuerpo propio, una especie de velo, de cortina, una capa de vapores, un condensado de auras -y sobre todo, algo que no existe por sí solo. Es decir, que la nube aparece como objeto visual (visible y por tanto figurable, tanto en pintura como en fotografía), porque funciona como huella, como reflejo, como revelador de algo a lo que está físicamente ligada; por ejemplo, la nube, en sí misma incolora es lo que, gracias a la reflexión, da materia a la luz, la actualiza, la torna visible. Como señala Aristóteles (Meteorológicas, III, 2-6), las nubes tienen esta propiedad que hace que funcionen en su masa << como espejos, pero espejos que sólo reflejan colores >> - el efecto-puesta de sol, si se quiere. O bien la nube es vista como huella meteorológica, como efecto visible que manifiesta ante nuestra mirada la acción de una serie de fenómenos atmosféricos por sí mismo invisibles (y por lo tanto irrepresentables), como el viento, la tempestad, la tormenta, el diluvio, etcétera. (Veánse los numerosos consejos de Leonardo da Vinci en sus Cuadernos: << Para representar el viento, además de la inclinación de las ramas... representarás las nubes... >>. << si quieres representar convenientemente la tempestad, considera e inscribe exactamente sus efectos...; para representar bien el huracán, harás en primer lugar las nubes, dispersas y quebradas, arrastradas por la carrera de los vientos >>, etcétera.) en resumen, se ve que la nube, directamente conectada a su entorno natural, es de hecho un verdadero signo-índex y que, en ese sentido, su naturaleza coincide precisamente con la del signo fotográfico: como la nube con sus miríadas de puntos de vapor de agua suspendidos, la fotografía, con sus miríadas de cristales de halogenuros, capta y refleja en su materia misma, en la discontinuidad de sus granos, las variaciones luminosas que la rodean. Ambas, la nube y la fotografía, son pues auténticas máquinas de luz, velos, tramas, trampas, reveladores, pantallas, cortinas, espectros, fantasmas de luz.















Obra de Berndnaut Smilde.
Texto, extraído de "El acto fotográfico", de Philippe Dubois.




1 comentario:

  1. Recuerdo el mismo tema en una pintura de Magritte, "El veneno".
    http://2.bp.blogspot.com/-YKIJTD86mgQ/UDv97OB7ztI/AAAAAAAAEEc/tpnLMVAxMZo/s1600/El+veneno,+1939.jpg

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