Taludes
Hay ocasiones que nada más poner el pie en el suelo
puedo sentir el regurgitar de todos los estómagos necesitados
- los de aquellos otros, desafortunados -, hay veces
que un momento trivial
, como cuando vas en el autobús,
te trae toda la lucidez del mundo
pero en otro momento - el siguiente - pasa y se escapa
en
la
nada.
A menudo puedo leer en las caras de los demás
la estupidez
el sinsentido o la
sinrazón
- de la vida,
la de ellos
la
mia.
Hubo una ocasión en que caí tan bajo
que no creía en volver aferrarme
al tiempo
y arrancarle los jirones que ahora no admito poder perder nunca
, mentira. Hay días
que cada cosa es bella por sí sola
sin tener que justificar su existencia
sin tener ninguna que prefigurar
su
extinción.
Acaban de callar todos los sonidos de esta maldita ciudad que habito
- calmó el ruido - y el viento sorprendido
no se atreve ahora rozar las hojas de los árboles que aún quedan,
mi corazón ya no
palpita
contengo la
respiración.
Por un momento pensé que todo era posible
al siguiente me consolé creyendo sólo en algo
luego confié en alimentar la esperanza
ahora tengo que conseguir creer probable el retorno de la fe, pues
hoy alguien ha dado el primer paso
en
este
mi
suelo - mi mundo -
y se han puesto en marcha todos los autobuses
a
la
vez
y la estridencia de todos los corazones, y
los estómagos, y
las respiraciones
han provocado que la mentira retorne a mis
ojos
y la estupidez a sus
rostros,
hoy la sinrazón vuelve a aferrarse a mi
tiempo
y no hay nada que escape a justificar su existencia cuando lo siento todo así.
Con la mirada perdida, 2013.
Fotografías y texto -extraído de "Palabros" de 1999- de enriqueponce.
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