domingo, 25 de mayo de 2025

"él no me quiso"

EL CAJÓN deSASTRE






México, 1953

Sr. mío Don Diego:
Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurame pero yo estoy resuelta a terminar ésta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata… Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví.
No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno…nó sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres…¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que me encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mi, primero por mi porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Por que no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada…
Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)… Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti… Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo “personalmente”, disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te “amputo” de mi, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín.
Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz.
Se despide quien le ama con vehemente locura. Su Frida.






"Él no me quiere".
Quiere mis buenos ratos
mis sonrisas, mis días soleados
mi pelo largo y mis ganas de viajar...
Quiere el orden de mi vida,
y el desorden de mi cama,
los abrazos que terminan en orgasmo
y los besos que despiertan 
las ansías a mitad de la noche.
Quiere mis manos en las suyas
pero no quiere que caminemos juntos.
No quiere lágrimas
ni cielos nublados
no le gusta mi cabello corto
ni la pesadez que a veces
me obliga a quedarme en casa.
No busca salvar tormentas
ni abrazarme cuando soy huracán.
Sólo quiere que le escriba sobre el amor,,
pero no se aventura a amarme....
Y..aunque lo que yo sentía
por el me llenaba
y me hacia florecer…
No... él no me quiso”.



Fotografía: Lola Álvarez Bravo
Retrato de la muerte de Frida Kahlo
Casa Azul, 13 de julio 1954.





Obra y textos de Frida Kahlo.
Fotografías de las autoras reseñadas al pie.


Fotografía: Graciela Iturbide
Baño de Frida, Coyoacán Ciudad de México 2005



jueves, 15 de mayo de 2025

"Perturbador. IA y demases"

OPINION.es






PERTURBADOR. IA y demases






Pseudomnesia: The Electrician”

Fotografía de Boris Eldagsen.




          En 2023 a fotografía titulada Pseudomnesia: The Electrician” del alemán Boris Eldagsen fue escogida por el prestigioso concurso Sony World Photography Award en la categoría de no profesionales. El autor admitió que se presentó al certamen "para averiguar si los concursos estaban preparados para que participen las imágenes creadas con lA”, concluyó: “No lo están". Ademas planteó públicamente sobre el conocimiento o sospecha de dicha generación virtual por parte del público receptor, afirmó con rotundidad que “la lA no es fotografía" y finalmente se negó a aceptar el premio con tal argumento y dispuesto con dicha acción a abrir el debate sobre qué puede y qué no considerarse como fotografía. Mientras, la organización ha retirado el galardón y dicha mención autorial, pero se negó a pronunciarse públicamente sobre tan espinosa cuestión. Desde entonces corren ríos de tinta pero sobre todo productores de borrones y no tanto clarificadores.

          Siempre existió la mentira, y sus certificadores, siempre la interpretación causó polémica parapetada entre sus defensores y sus detractores, y su paradigma fue la Historia cuna del acomodo interesado, pero hasta la aparición-fijación del medio documental por excelencia que fue la fotografía no se asentó la cierta certificación de una realidad consensuada. También cierto que el enredo en disquisiciones más conceptuales, ontológicas o/y metafísicas nos llevaría a unotros cuestionamientos mas puntillosos o certeros que una catedralicia tesis de un reconocido filósofo, un sociólogo o un artista de nuevo cuño te llevaría por unos vericuetos más aclaratorios, de más acierto o con una seguridad im-probatoria de la que quien esto suscribe y/o carece, pero y sin embargo y asimismo proseguiré con mi particularísima disquisición más por el placer de un divagar sinsentido que por un afán aclaratorio. Nagoro es, según la Wikipedia, una aldea en el valle de Iya en la pequeña isla de Shikoku en la prefectura de Tokushima en Japón, y como muchas localidades de muchas partes de este planeta abocado a las megalópolis de este milenio se ha visto aquejado del mal de la emigración, del abandono, y de sus anteriormente escasos 300 habitantes pasó a conservar apenas unos 30 en el 2016. Lo curioso, lo que que destaca, lo resaltable hoy día de esta pequeña y perdida localidad es que sus moradores y residentes actuales han visto superado sus aislamiento por mor de la visita de miles y miles de visitantes-turistas en busca de esotros moradores, convenientes inconvenientes ficticios o irreales a los que dio no-vida Tsukimi Ayano. Ahora más de 400 maniquíes rememoran o no a antiguos pobladores, a su padre por quien regresó a la localidad allá por el 2000, a otros que se asemejan a quienes ya no están o a aquellos unotros que nunca jamás habitaron pero que cuidan con su im-presencia del lugar. Una agradable comunidad de ancianos que cuidan y preservan el presente de un pasado que ya no está. El resto es turismo que viene pero no está. 




Ayano Tsukimi.

Fotografía de marymmohry.



          Tsukimi no inventó nada, ni la rueda, ni el fuego, ni la presencia de una ausencia, o de las mil ausencias que todos llevamos dentro, ni siquiera pudo detener el paso del tiempo, tan solo dio paso a un miedo, el suyo, el mio, el de todos, el susto de saberse tiempo. Y para ello nosotros como ella inventamos mentiras, las fabricamos, las certificamos, con las manos, con artesanía, con tecnología. Necesitamos acomodo y lo avalamos, y hasta lo agregamos a nuestra estrategia neo-liberal. En el artículo “El mundo como la India” de su Obra imprescindible” Susan Sontag nos vislumbra esotra forma de no serse que necesitamos para el acomodo comercial:


          “Pero ¿se puede hablar con autenticidad de un idioma?

          La pregunta de Schleiermacher continúa teniendo eco. ¿Qué significa el dominio de una segunda lengua?

          Amigos ingleses y estadounidenses que han residido mucho tiempo en Japón (casi todos con parejas japonesas) me han dicho que los japoneses en general albergan profundos recelos, e incluso algo de hostilidad, hacia el extranjero que habla su idioma sin cometer errores. Pero es probable que este prejuicio desaparezca en la medida en que Japón continúe reconociendo que la existencia de extranjeros en su seno no es una rareza, un infortunio o una alteración de su esencia nacional.

          En el otro extremo, un ejemplo más reciente de lo que conlleva alcanzar el perfecto dominio de una segunda lengua -la cual resulta que es el inglés- nos procura un escenario perfecto de falta de autenticidad schleiermachiana. Estoy pensando en una iniciativa floreciente en el multimillonario negocio de programas informáticos, de mucha importancia para la actual economía india. Se llaman centros de atención y emplean a miles de mujeres y hombres jóvenes que ofrecen asistencia técnica o reservas mediante números telefónicos sin coste en todo Estados Unidos. Estos jóvenes, todos los cuales ya hablan inglés, han competido con éxito por estos disputados puestos de trabajo en los centros de atención y han concluido un arduo curso diseñado para borrar todo vestigio de acento indio en inglés (muchos no lo logran), se les paga un salario munificente para un empleo secretarial en la India, aunque desde luego mucho menos que lo que deberían pagar IBM, American Express, general Electric, delta Airlines y las cadenas de hoteles y restaurantes a los estadounidenses por este trabajo: razón suficiente para que tales labores se <<subcontraten>> cada vez más. Al parecer, también es un hecho que los indios desempeñan estas labores de mejor manera, con menos errores, lo cual  no es sorprendente puesto que la mayoría son graduados universitarios.

          Desde las amplias plantas de edificios de oficinas en Bangalore, Bombay y Nueva Delhi, filas de jóvenes indios sentados en cabinas contestan una llamada tras otra (<<Hola, soy Nancy. ¿En qué puedo ayudarle?>>), cada cual provisto de un ordenador que permite recoger con unos cuantos clics del ratón la información relevante para hacer una reserva, mapas que informan sobre la ruta idónea por las autopistas, predicciones meteorológicas, etcétera.

          Nancy, Mary Lou, Betty, Sally Jane, Megan, Bill, Jim, Wally, Frank… estas voces alegres primero tuvieron que ser adiestradas durante meses, mediante instructores y casetes, a fin de adquirir un acento (no instruido) del centro de Estados Unidos, aprender los principales modismos estadounidenses, las expresiones idiomáticas informales (entre ellas las regionales), y las referencias elementales de la cultura de masas (personalidades de televisión, argumentos y protagonistas de las series más importantes, el éxito de taquilla más reciente en las multisalas cinematográficas, los resultados del béisbol y el baloncesto, etcétera), con objeto de que no titubeen en la conversación casual, si el intercambio con un cliente en Estados Unidos se prolonga, y dispongan de los medios para seguir haciéndose pasar por estadounidenses.

          Con el fin de lograrlo tienen que ser creíbles para ellos mismos. Les han dado nombres estadounidenses y breves biografías de sus identidades estadounidenses: lugar y fecha de nacimiento, ocupación de los padres, número de hermanos, religión (casi siempre protestante), bachillerato, deporte preferido, música predilecta, estado civil, etcétera. Si se les pregunta, pueden decir dónde se encuentran. Por ejemplo, si el cliente está llamando desde Savannah, Georgia, para reservar un hotel en Macon, Georgia, y pide indicaciones sobre la ruta más rápida entre esas dos ciudades, el operador puede decir que él o ella está en Atlanta. Si dijeran que están en Banagalore, India, despedirían a la falsa Nancy o al falso Bill al instante. (Los supervisores vigilan todas las llamadas de modo rutinario e indetectable.) Y, por supuesto, casi ninguno de estos jóvenes ha dejado nunca su país.

          ¿Le gustaría a <<Nancy>> y a <<Bill>> ser una Nancy y un Bill verdaderos? Casi todos responden -ha habido entrevistas- que sí. ¿Les gustaría ir a Estados Unidos, donde sería normal hablar inglés siempre con acento norteamericano? desde luego que sí”. Algo similar a Replika, plataforma programa aplicación red que pretende anhela sustituye la ausencia de un compañero inexistente ausente deseado, la voz el deseo la experiencia que no fue y puede ser que no es y podría ser que no existe ni existió ni existirá pero que por mor de la excelsa laicidad de la diosa tecnología ya está aquí en todos los comercios en todas las terminales en todos los smartphones en tus manos en tu bolsillo en tu corazón, a veces ni siquiera recordarás que es IA a veces ni siquiera recordarás a veces ni siquiera serás, pruébalo, ahora y convierte un tu deseo en realidad. Otra.





Publicidad de Replika en Facebook.




          Un no serse que hoy día se confunde en géneros edades realidad virtualidades presencias o/y ausencias. La red, esa tupida y estúpida red que hoy día es más que nuestra propia fisicalidad, nuestra propia vivencia inmediata nuestro propia cotidianidad corporal, nos conforma nos condiciona nos exhorta nos aboga a ser o querer ser o anhelar o alinea en unotro estado de incómodo acomodo. Vidas propias exhibidas sin pudor o vidas falsas difundidas sin razón, vidas que no son vidas sino pura exhibición ambición exhortación vanidades falacias competición, vidas inventadas de ciencia ficción apologizadas por/para la mentira del granhermano, estigmatizadas para/por su efímera difusión, inculcadas en la estúpida fama y ambición. Todo quieren queremos ser alguien deseamos que nos quieran anhelamos que nos admiren nos entronizan nos loen nos distingan y atiendan, todos y cada uno nos queremos nos creemos somos excepcionales únicos auténticos y dejamos que se sepa que se proclame que se extienda por los mares sobre las cimas en leyendas en cuentos en texto en imágenes en la red, deseamos desesperadamente permanecer destacar certificar autentificar que somos estamos y seremos y no desapareceremos, que cinco minutos de fama no son no será no es suficiente que la eternidad es y será nuestro presente que la mentira es posible que será real que la voluntad es suficiente que nadie puede robarnos nuestra singularidad nuestro paso nuestra estancia, nadie nos robará el espacio ocupado la voz auténtica el certificado de permanencia.

          Lo que no nos damos cuenta es que nuevos tiempos estrenan nuevas formas pero ademas nuevos reflujos bajo la marejada. Pensamos que la modernidad es inventarnos nuevas maneras de habitar los espacios, así vivimos la red como nuestra nueva manera de ser, un perfil un compartir unos amigos inimaginados unas y mil experiencias gastronómicas una alegría infinita y uno y mil viajes de placer donde intagramear poses y gestos de felicidad certificadora comunicativa sobre los miles de monumentos ciudades y establecimientos que nos indican exhortan obliga el neo-ser el virtual ese atrapado a la red, aquel que visita Nagoro Disney-world o la esquina del barrio con la misma ansia que ignorancia que aporta la obligación burguesa del consumo vacacional. Y sin embargo no nos damos cuenta ignoramos somos incapaces de percibir que la nueva manera virtual de vivir vivirse mover moverse viajar viajarse es destejer la red, el sinsentido de ir para volver acabóse el apelotonarse en ryanair y luego frente a una abarrotada fontanadetrevi lanzar una moneda o/y luego sufrir rigores de verano o invierno en egipto o los fiordos noruegos es un sinsentido anacrónico, viajar turistear vagar en la época de la virtual tercera irrealidad es abrir la ventana del pc y observar, observar la gente pasar, observar a la gente en sus efímeros cinco minutos de gloria, pisar hollar gastar sus cinco minutos de efímera y pasajera animalidad anormalidad anonimato, qué hacen qué dicen qué actúa en qué usan su parca escueta breve historia su pequeña insignificante breve estancia en este planeta en esta su casa en esta su vez, en qué malgastan malviven disfrutan su limitada parcela, en que son in-capaces de dar voz a lo impronunciable en qué de gritar fuerte el desconcierto la desesperación la falsedad de lo que todos y cada uno pensamos es su y única verdad mentira oportunidad, vez.

           Supongo que la culpa es mía, vivo mi mundo y me abstraigo del otro de los otros, debieran salir más, pero en ese otro sólo hay jotas capitanas y montesnegros, no existen no caben las chica-os gym orgullosos de testosterona y proteínas, o sí pero yo no los frecuento, tampoco hallo en mis paseos a perfectos influencers que me dicten sus consejos cosméticos gastro-cincoestellasmichelín o cómo debo vestir o desvestir mis carencias afectivas estéticas, y sobre todo echo de menos a aquella pequeñas disfunciones sociales que se ocultan tras un disfraz juvenil o infantil que jamás de los james me interesó interesaron ni interesarán pero que tanto me asombran perturban o dejan sin palabras. Dicen se dicen se nombran definen como cosplay, niñas-mujeres seres realidad ficción diseño virtualidad dibujo disfunción… qué son?. Nos preocupa la IA la robótica la falsa imaginería y obviamos esa untotra realidad infantilizada a-sexuada dis-funcional. Unotro no serse, unotro idioma, unotro habitar el lugar de un nuevo turistear. Niñas -que son- como mujeres -virtuales lolitas impúdicas y/o incoscientes con miles de miles de seguidores visitas voyeaurs-, mujeres como objetos, objetos como personas, personas que son reales o que no son reales, personas reales que son objetos, o personas que parecen objetos, objetos que parecen personas, realidades que son ficciones o ficciones que son ya realidades, o sea ficciones que son humanas o humanidades que son ficciones, del grabado al manga, del cómic a instagram, de oigan o/y geisha al látex al cosplay o el realismo robótico.






“Retrato de Mujer”

Estampa japonesa de Utamaro Kitagawa.





Reel’s de Oiran y Geisha.





Reel’s de cosplay’s.




Captura protagonistas manga “Sailor Moon”

 de Naoko Takeuchi.





Reel’s de robot-Elon Musk y muñeca de latex.




Cosplayer Sweet Yovana, realismo robótico.



          Aprender la convivencia con la ficción no nos resultó difícil, nos fascinamos con el edulcorado espectáculo de la cámara oscura de un mal llamado séptimo arte, las gracietas de Chaplin Keaton Stanley&Laurel o/y el conjunto asombro del movimiento perpetuo de las máquinas o/y personas en una fuga persecución salida de misa o entrada a la estación obnubilaron nuestra atención nuestra voluntad. Los guionistas a sueldo del parque temático hollywoodiense hicieron el resto. Pero ahora no nos basta con estar a este lado de la pantalla, creemos deseamos ser los protagonistas aunque el argumento sea prosaico interesado copiado repetitivo industrializado o no cierto, falseado por el ansia emulativa emprendedora hedonista alentada por las industrias monopolios corporaciones de la virtualidad. Y así los nativos digitales dan muestra y lección del desafuero mediático desvergonzado e impúdico y sin límites, jóvenes imberbes mostrando asumiendo desvelando las maneras vestidos gestos bailes insinuaciones que no pertenece aún a ella-os sino a la antigua iconología del erotismo maduro, a la captura la caza el juego de la eterna provocación, entre disfraces maneras guiños entre minifaldas escotes y medias caramelizadas la carne infantil muestra ofrece vende provocativa inocencia, y aquella gran libertad igualité y fraternité que ondeamos enarbolamos y nos acogió y nos escudó en pos de unotros justos derechos da su fruto su manzana su appel binario en esotra realidad confusa ficcionada trastocada pervertida, en unotra vida más vacua más desconcertada más mascarada más sinnada más individualizada, una otra vida donde el sujeto no es real ni trascendente ni eterno sino un personaje de cuento inmaterial de paso, vida refleja vida espeja vida ocio vida perpleja vida sinvida. Luego resulta que al ser normal físico con apetito contribuyente y adiposidades vulgo anónimo se reconoce como ser discriminado desplazado perplejo falso copia trasunto irrealidad, sin acomodo sin estatus sin razón sin serse sin tiempo sin espacio, sin su tiempo y su espacio, agobiado. Como el trasunto como la irrealidad que resulta ser o no-ser Sweet Yovana: La cosplayer que ha confundido a todos con su realismo robótico, Sweet Yovana no es solo una cosplayer, sino una artista que difumina los límites entre la ficción y la realidad, pues ella es y no es, ella es persona humana real y a la vez copia se mueve imita lo que no es lo que sí: robótica in-humana, sin corazón.


          En la sub-cultura occidental tenemos el estereotipo de los museos de cera -los de madame Marie Tussauds se asientan en diversas capitales- que a veces logran el espurio objetivo de acercarnos al glamour de las celebridades pero en otras se estrellan en lo grotesco bizarro o cruel remedo de una galería de horrores tal deformación de la sublime Piazza della Signoria de una Florencia renacentista y anacrónica. La tradición la  historia o la fe nos dicen dictan exhortan a dar por hecho lo que es y lo que no, a confundir la cierto con la razón lo evidente con la costumbre y al hábito con lo absoluto, geisha no es orian y cosplay resulta transposición reversible y látex o robótica  resultado no indicios. Como el tensoku chino donde a las niñas se les enclaustra los pies en pequeños zapatos para impedir su normal desarrollo su crecimiento, así se enclaustra conserva enlatan tradición y futuro y luego no sabemos ver discernir qué es que y qué no lo es qué realidad qué sombra qué acomodo o qué incómoda no-realidad: El fisioculturista Yuri Tolochlo ruso se casó con su muñeca sexual, le es infiel tras enviarla a reparación, se divorcia de ella, se enamora desea y re-casa con su nueva amante de plástico-sexual Lola; Cristian Montenegro un joven bogotano a falta de suerte en el amor crea una familia casándose con su novia de trapo Natalia; el japonés Akihiko Kondo contrajo matrimonio con la cantante virtual Hatsune Miku, un holograma, una cantante diva del pop de ese lejano oriente, y aunque en su boda gasto dos millones de yenes (unos 14.000 €) ahora en el culmen de lo bizarro se ha convertido en el primer viudo ya que la plataforma que les permitía interactuar ha cancelado el servicio a causa de la baja demanda. Antiguamente nos asomábamos a la excelencia, ahora sin embargo prima la vulgaridad la extravagancia la anormalidad, la exposición pública revelada desvelada insulsa ordinaria impúdica soez voraz (a)sexuada o/y perturbadora. Aunque da igual que lo que no exista sea una imagen o sean personas o sean palabras necesitamos crearlas darles vida voz presencia virtualidad. Necesitamos fe, su fe. Tal vez es que realmente nos sea necesaria ese exceso de divinización de los cuerpos vanidosos de las mentes incompletas imaginarias i-reales, ese paradójico compartir en la red lo lo banal e intrascendente lo trágico y lo grave, eso resulta ser hoy en suma la vida misma, como en la parodia “La importancia de llamarse Ernesto” es difuso el origen de ese supremo tirano ser que ahora gobierna y llamamos nombramos algoritmo, quien nos elige o nos hace creer desear ser elegido por nos, nos ilusionamos en darle la forma de ser nosotros. En su artículo ”La invención del éxito” incluido en el recopilatorio “Alguien habló de nosotros” la autora maña Irene Vallejo nos acerca con lucidez y concreción a dicho tema: “En el territorio sin fronteras de internet, todos podemos conocernos y buscarnos. Sin embargo, las redes sociales, con esas sutiles herramientas que nos acostumbran a desear la aprobación ajena, han sido diseñadas para hipnotizar nuestra atención y alimentar nuestro ego. Más que comunicarnos, jugamos a mirar y ser admirados. Ante las radicales pantallas plateadas, donde fingir es más fácil, aparentamos triunfos y ocultamos fragilidades. A través de fotos y frases seleccionadas nos inventamos nuevas identidades, versiones mejoradas de nosotros mismos. Asusta pensar que en esta fiesta permanente de la realidad maquillada, donde chirría hablar de fracaso o soledad, corremos el riesgo de alimentar la frustración de otros con nuestras fantasías de éxito”. En este mundo tiene-hay de todo, ha de haberlo, pero lo que más abunda es la estupidez, el fanatismos los fan-s, como los nacionalismos los crédulos los idólatras los ignorantes los violentos los arrogantes los soberbios, en suma todos los ismos, por eso aunque el arma la lanza el hacha la flecha fueran inicialmente la prolongación de la mano para conseguir alimento, desde que cayó en la de ese informe animal que es el hombre se redirigió hacia sí mismo o/y/u hacia el otro el semejante el vecino el de enfrente el contrario el enemigo, y dimos forma al resto de la historia. Así ahora nos ponen en estas nuestras inocentes manos la robótica la virtualidad la IA, para que con ella avancemos hacia un nuevo futuro, más comprometido más sostenible más justo más de todo y más mejor, como si todo lo anterior fuera un sueño de fácil desmemoria. Aunque según un ya predictivo antecesor y pitoniso Karl Marx “Todos nuestros inventos y progresos parecen dotar de vida intelectual a las fuerzas materiales, mientras que reducen a la vida humana al nivel de una fuerza material bruta" la resiliencia sea el signo paradójico de nuestro tiempo, como el de todos al fin.






“Starnger Visions”

Heather Dewey-Hagborg.



           La artista de la información y bio-hacker estadounidense Heather Dewey-Hagborg creó a partir de elementos desechados -como cabellos, cigarrillos o chicles- por personas anónimas y través de sus ADN unos retratos-esculturas en 3D, ésta su Starnger Visions coloca en la palestra pública la controversia de la identidad, intimidad y privacidad -genética en este caso- o/y el alcance de la biotecnología en su desmesurado e incontrolado desarrollo en esta nuevas sociedades neo-libres -post-capitalistas post-comunistas post-colonialistas o post-democráticas, da igual, todas la misma-. La metanoia es un enunciado a la par retórico y teológico procedente del griego que denota cambio de la mente, según Carl Gustav Jung es una reforma mental que conlleva la autocuración mediante un redireccionamiento de las actitudes o pensamientos, cosas de psicólogos teólogos o estetas dirán algunos, no sin razón, porque la frontera que ahora cruzamos no es como la de aquel pueblo de muñecos de trapo en Tokushima o de histriónicos maquillajes de oiran o geisha o de esquizofrénicos matrimonios y divorcios de látex o mega-ilusiones robóticas de un neo-fascista como Elon Musk, hoy percibimos un horizonte distópico versus Orwell Huxley o Burguess que más allá de la lícita preocupación copyright intelectual de Noam Chomsky -” La mente humana no es, como ChatGPT y sus semejantes, una máquina estadística y glotona de cientos de terabytes de datos en pos de obtener la respuesta más plausible a una conversación o la más probable a una pregunta científica. La mente humana es un sistema sorprendentemente eficiente y elegante que opera con una cantidad limitada de información. No trata de lesionar correlaciones a partir de datos, sino que intenta crear explicaciones. (…) Dejemos de llamarla entonces Inteligencia Artificial y llamémosla por lo que es y hace: Un software de plagio, que no crea nada, sino que copia obras existentes, de artistas existentes, alterándolas lo suficiente como para escapar de las leyes de derechos de autor. Se trata del mayor robo de propiedad intelectual que se registre desde que los colonos europeos llegaron a tierras nativas americanas”- nos sitúa en la encrucijada de la primacía humanoide en este planeta Tierra tan a nuestra imagen y semejanza creado por nuestro creado creador para acomodo uso y disfrute expolio y explotación de nuestra especie raza sapiencia ignorancia credo y descredo conforme a la vanidad el ego el poder la ignorancia la impotencia el miedo la capacidad e incapacidad de resolver discernir administrar esos sesenta setenta u ochenta segundos que son nuestro efímero eterno caduco lapso de tiempo en el volátil espacio que se nos han concedido. Ignoro que nos deparará el futuro, si como siempre resultamos la continuidad inmisericorde de la Historia nada nuevo se reflejará bajo el Sol -la fe no nos aportó avances sino sosiego y represión, la razón e ilustración sino conciencia de la barbarie, la tecnología la ciega ambición teo-deo-centrista de la inmunidad-, pero si hay un mañana que casi siempre lo hay para los que quedan permanecen o/y transitan es uno donde el ser humano tendrá que compartir espacio con ese otro algo que le disputará la primacía, uno perturbador porque su inteligencia natural no es ya la cima de su vaga existencia, y de su manifiesta impotencia.





Anónimo.





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