viernes, 5 de febrero de 2021

"Doctor rural"

EL CAJÓN deSATRE








"Doctor rural"




          A Sassall le influyeron mucho de niño los libros de Conrad. Contra el aburrimiento y la complacencia de la vida de la clase media inglesa en tierra firme, Conrad le ofrecía lo <<inimaginable>>, cuyo instrumento era el mar. La poesía que se le ofrecía, sin embargo, no era amanerada o poco viril; muy al contrario, los únicos hombres que se podían enfrentar a lo inimaginable eran duros, taciturnos, mesurados y tenían un aspecto del todo normal. La cualidad contra la que Conrad previene constantemente es al mismo tiempo la cualidad a la que apela: la imaginación. Se diría que el mar es el símbolo de esta contradicción. El mar apela a la imaginación, pero para enfrentarse al mar en su furia inimaginable, para hacer frente a sus retos, uno ha de abandonar la imaginación, pues conduce al temor y al aislamiento.
          Lo que resuelve la contradicción, y al resolverla eleva ese drama a un nivel mucho más noble, muy por encima de la egoísta medra personal que constituye la vida del común de los mortales, es el ideal de servicio. Este ideal tiene un doble significado. El servicio representa todos aquellos valores tradicionales que unos pocos privilegiados que han aceptado el reto aprecian profundamente; y no los aprecian en razón de un principio abstracto, sino como la condición indispensable para la práctica eficaz de su arte o de su técnica. Y al mismo tiempo, el servicio representa la responsabilidad que esos pocos tienen con respecto a los muchos que dependen de ellos; los pasajeros, la tripulación, los armadores, los comerciantes, los agentes.
          Simplifico, sin duda. Y Conrad no sería el magnífico escritor que es si éste fuera un resumen certero de su actitud con respecto al mar. Pero la simplificación nos permite ver por qué Conrad podía atraer a un chico que se rebelaba contra el medio burgués de su familia, pero que tampoco tenía ningún interés en la bohemia. Admiraba la destreza física. Disfrutaba trabajando con las manos, haciendo cosas prácticas. Las cosas despertaban más su curiosidad que los pensamientos. Como a muchos otros chicos de su clase y de su generación, le movía el ideal de ofrecer un ejemplo moral que dejara en entredicho el oportunismo de sus mayores.
          En realidad, a los quince años ya había optado por la medicina frente a la marina. Su padre era dentista y, por consiguiente, tuvo la oportunidad de conocer a bastantes médicos. A los catorce años empezó a acudir al consultorio local, en teoría como ayudante de la persona que se encargaba de entregar las medicinas recreadas por el médico, aunque, en realidad, iba porque le gustaba escuchar lo que se hablaba en la consulta contigua. Pero tampoco está fuera de lugar, sin embargo, imaginar que el médico y el capitán de la marina son figuras equiparables.
          La imagen del médico que tenía Sassall por entonces era:
          <<Un hombre que lo sabía todo, pero estaba siempre ojeroso. Una vez vino un médico en plena noche y entonces vi que los médicos también dormían -le asomaba el pijama por debajo de los pantalones-. Pero sobre todo recuerdo su serenidad y su control de la situación, mientras que los demás se ponían nerviosos y no podían estarse quietos.>>
          Comparemos esta impresión con la primera descripción que hace Conrad del capitán del Narciso:

          La presencia del capitán Allisstoun, con gesto grave y con la vieja bufanda roja alrededor del cuello, dominaba durante el día el castillo de popa. Por la noche, muchas veces surgía de la oscuridad por la escotilla de cámara, cual fantasma sobre una tumba, y permanecía vigilante y mudo bajo las estrellas, la camisa de dormir ondeante como una bandera al viento. Y en el más completo silencio se sumía de nuevo en la oscuridad. [...] Soberano de un mundo en miniatura, casi nunca descendía de las alturas olímpicas de la popa. Bajo él -a sus pies, por así decirlo-, el resto de los mortales se afanaban en sus vidas insignificantes.

          En las dos descripciones es patente un mismo sentido de autoridad: una autoridad que en modo alguno disminuye los pantalones de pijama o la camisa de dormir. O consideremos cómo describe Conrad en Tifón uno de los momentos de máxima tensión. Con excepción de la palabra galerna y poniendo en boca de un médico la voz del capitán MacWhirr, podría tratarse de la descripción del momento crítico de una enfermedad.

           Y de nuevo oyó aquella voz forzada, con un timbre que apenas resonaba, pero que producía una profunda calma en medio de aquel ruido enorme y discordante, como si saliera desde algún lugar remoto donde reinaba la paz allende la oscura inmensidad de la galerna; de nuevo oyó la voz del hombre -ese sonido frágil e indómito que es capaz de transmitir una reflexión, una determinación y unos arrestos infinitos, y que pronunciará palabras tranquilizadoras el último día, cuando se abran lo cielos y se haga justicia-, la oyó de nuevo y le gritaba a él, como si llegara desde muy, muy lejos: <<Así es >>.

          Con estos materiales construyó Sassall su ideal de responsabilidad.



Dr. Ceriani
Kremmling, Colorado, Estados Unidos
1948














Fotografía y título, de la serie "Doctor rural", de W. Eugene Smith.
Texto, extraído de "Un hombre afortunado", de John Berger.



W. Eugen Smit y Aileen.
Fotografía: Consuelo Canaga.



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